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La sagrada familia

Otra vez se crispó la iglesia por cuenta de la Corte Constitucional, pues esta corporación les señaló a los fondos de pensiones que las parejas homosexuales sí constituyen una familia y, por lo tanto, no se le puede negar el de derecho de la pensión de sobrevivientes. ALEXANDER MOLINA GUZMÁN Otra vez se crispó la iglesia por cuenta de la Corte Constitucional, pues esta corporación les señaló a los fondos de pensiones que las parejas homosexuales sí constituyen una familia y, por lo tanto, no se le puede negar el de derecho de la pensión de sobrevivientes. Se rasga las vestiduras la iglesia porque sigue sosteniendo que la única y “sagrada familia” es la que constituyen un hombre y una mujer, la pareja heterosexual, y que es un sacrilegio establecer que las parejas homosexuales también son una forma de familia. La iglesia insiste rabiosamente en su posición, por lo siguiente: La procreación de nuestra especie se origina naturalmente mediante el coito de un hombre y una mujer; o entre los espermatozoides y los ovocitos, en la fecundación in vitro. ¡Claro que sí! Eso es lo natural y no porque la iglesia lo diga, sino porque naturalmente es así. Sería tonto decir que no. Pero resulta que las personas no se unen sólo para tener hijos, también lo hacen para tener una compañía y darse mutuo afecto y cuidado. Es decir, si un hombre y una mujer deciden unirse, por la forma que sea, y deciden que no van a tener hijos, así hayan varias formas de tenerlos, no se puede afirmar que no son una familia. ¡Claro que sí son familia! La condición para que sea una familia no es exclusivamente sexual, que deban tener hijos, y la iglesia no puede obligar a ninguna pareja a que tengan hijos para ser reconocidos como una familia. ¡Ni de fundas!, decía mi abuelita. Por eso la Corte Constitucional tiene razón en su sentencia, cuando afirma que en la Constitución hay una lectura equivocada del concepto de familia pues el parentesco de familia se alcanza a partir de varias situaciones, no exclusivamente de la sexual. Y la Corte tiene razón, no porque ella lo diga, sino porque naturalmente es así. La familia se constituye de varias maneras. Volviendo al furibundo punto de vista de la iglesia, por eso ella considera que las uniones homosexuales son antinaturales pues, evidentemente, la procreación no se puede dar entre parejas de un mismo sexo ¡Pues claro que no! Pero no porque la iglesia lo diga, sino porque naturalmente parejas de un mismo sexo no pueden procrear. Sería tonto decir que sí. Pero este impedimento natural no le niega a las parejas homosexuales su condición de familia, por lo mismo, porque la familia se constituye de varias maneras. Y ojo, aunque las parejas homosexuales estén impedidas naturalmente para tener hijos entre sí, eso no les quita la posibilidad que los puedan tener por otra vía: La adopción.