La Nación
EDITORIAL

#NiUnaMás

El país está conmocionado por los nuevos casos de menores de edad agredidos sexualmente que se han conocido en los últimos días. El caso de la pequeña Sara Salazar, violada y asesinada en Armero-Guayabal, en el Tolima, totalmente indignante, como también el de una bebé de cuatro meses abusada por un militar en el departamento del Meta y el de una niña de 11 años que habría sido atacada sexualmente en el Atlántico por dos hombres. Muy dolorosos estos casos, pero también igual de reprochables -y que deberían merecer la indignación nacional- los más de 4.000 casos de violencia sexual contra menores que se han registrado en lo que va de 2017 en todo el territorio colombiano. Las cifras muestran algo aberrante: cada 24 horas se conocen 48 agresiones sexuales contra niños en el país.

La indignación de los colombianos no debería limitarse a la ocurrencia de un caso en particular sino que debiera ser un rechazo generalizado a una problemática que crece silenciosamente. El drama del abuso sexual infantil debe verse de manera holística. Razón tiene la directora general del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Cristina Plazas, al clamar para que los casos de abuso sexual contra menores de edad no queden en la impunidad. Y es cierto: tristemente en muchos casos de violencia sexual, los responsables no terminan tras las rejas.

La directora del ICBF volvió a poner sobre la mesa su propuesta de cadena perpetua para los violadores de niños y niñas, una iniciativa que debería el país analizar seriamente.

Llegó la hora que el país tome conciencia sobre este flagelo y que no permita más que nuestros niños y niñas sean ultrajados. Casos como los de Yuliana y Sarita deberían darnos vergüenza como sociedad. Por el bien del país, la indignación debería no quedarse sólo en las redes sociales.

“La indignación de los colombianos no debería limitarse a la ocurrencia de un caso en particular sino que debiera ser un rechazo generalizado a una problemática que crece silenciosamente”.

 
EDITORIALITO:

Muy emotivo ver la participación de cientos de neivanos en la realización de las primeras rondas sampedrinas, abrebocas de las fiestas del San Pedro.