El cinco de noviembre de 1.891 se constituyó la Policía Nacional. El presidente Carlos Holguín Mallarino firmó el decreto 1.000 de 1.891 con el que le dio vida a esta institución que se ha encargado de garantizar y velar por la seguridad de todos los colombianos.
La Policía Nacional ha acompañado al país en las horas más difíciles y en las épocas adversas se ha mantenido firme. Muchos recuerdan, por ejemplo, que la institución no se doblegó cuando la mafia liderada por Pablo Escobar Gaviria pagaba por matar policías. Tampoco se dejó someter cuando las Farc arrasaban con los cuarteles de la Policía durante las tomas guerrilleras ordenadas por ‘El Mono Jojoy’.
129 años después, la Policía Nacional tiene enormes desafíos, pero como lo hemos dicho en anteriores oportunidades, siempre habrá uno que es el más importante de todos: su acercamiento con la comunidad.
No hay nada más que valore la gente que ver a un policía preocupado por lo que pasa en la cuadra o en el barrio, poniéndose en la piel del ciudadano, un policía movido por las necesidades del sector, un uniformado luchando por tener a los bandidos en la cárcel.
Más policías en la calle, portando su uniforme, patrullando a pie las comunas, tocando a la puerta del ciudadano para conocer de primera mano sus inquietudes, debe ser siempre el propósito institucional.
En estos tiempos en los que en el caso de Neiva preocupan los homicidios y la percepción de inseguridad está por las nubes, es necesario fortalecer la presencia de la Policía en las calles. Es hacer sentir que la gente no camina sola, que tiene a su policía a la mano, a su baluarte de la seguridad.
“Más policías en la calle, portando su uniforme, patrullando a pie las comunas, tocando a la puerta del ciudadano para conocer de primera mano sus inquietudes, debe ser siempre el propósito institucional”