La Nación
COLUMNISTAS

Protección a la mujer. Por Carlos Patricio Eastman Barona

El Gobierno Nacional acaba de revelar el contenido de un paquete de medidas que se pondrá en práctica próximamente para proteger a la mujer  de los abusos y violencias a que ha sido sometida desde tiempos inmemorables. La recepción del anuncio ha sido satisfactoria; la mayoría de los colombianos no acertábamos a saber por qué no se había legislado o decretado en favor de, por lo menos, la mitad de la población colombiana, la más noble y digna de ser amparada con todo el rigor de la ley penal y la fuerza del Estado.  Diariamente, los medios de comunicación  divulgan hechos criminales de los cuales son víctimas las mujeres, a manos de sus esposos o sus compañeros sentimentales; mujeres en su mayoría jóvenes son golpeados  brutalmente y desfiguradas o muertas por quienes, al contrario, deberían ser sus guardianes o sus ángeles custodios. De  ahora en adelante en este campo las cosas serán a otro precio.  Por ejemplo: los médicos y enfermeras estarán obligados a denunciar ante las autoridades los casos que, por su oficio, conozcan de mujeres víctimas de violencia familiar. Venía ocurriendo que estos hechos permanecieran ocultos o fueran disminuidos en su verdadera gravedad por el silencio de las personas que atendían a las mujeres lesionados o ultrajadas física o sicológicamente. Por ejemplo, en lo sucesivo, cualquier persona distinta a la víctima podrá denunciar los casos de agresión intrafamiliar contra las mujeres. Y en cuanto a la víctima, ésta no podrá retractarse cuando haya acusado de maltrato a su pareja. Ocurría con frecuencia que las mujeres maltratadas por su esposos o compañeros, después de denunciarlos, volverán donde el funcionario que recibió  la querella a desdecirse de lo dicho, tal vez aconsejadas por terceros o convencidas por el propio agresor. Además, el sujeto agresor podrá ser desalojado de su propia casa por las autoridades y conminado a que no se acerque a su pareja ni a los hijos de ambos. Tampoco se permitirá la discriminación laboral contra las mujeres, y la protección de éstas empezará  desde la escuela primaria. Las medidas en favor de la mujer colombiana  tienen un hondo sentido  de humanidad y de justicia y, hay que reconocerlo, fueron originadas en la Alta  Consejería Presidencial para la Equidad de la Mujer. *Fundación Universitaria del Área Andina