La Nación
COLUMNISTAS

Renacer de un ave fénix

Como en el mito griego del ave fénix que renacía de sus cenizas, la Unión Patriótica ha vuelto al escenario político nacional con la realización de un exitoso V Congreso al que asistieron más de 1.000 delegados de todo el país y ha lanzado como candidata a la presidencia de la república a Aida Abella, quien desde el año 1998 permanecía refugiada en Suiza después que logró salir con vida de un atentado con bazuca en las calles de Bogotá. En un acto de justicia histórica, el Consejo de Estado, le devolvió recientemente la personería jurídica a la organización, después que el Consejo Electoral se la quitó en el 2002 cuando dejó de participar en elecciones evitando de esta manera el crimen contra sus militantes y cuando ya cerca de 5.000 habían sido asesinados.

La masacre contra la Unión Patriótica ha sido una gran vergüenza y desprestigio internacional para Colombia al permitir que una fuerza política legal y democrática fuera barrida del escenario político a sangre y fuego. Si bien la idea de crear este partido nació de las FARC en las primeras negociaciones de paz desarrolladas en Casa Verde, municipio de La Uribe en el Meta, como medio para su regreso a la actividad legal, a esta organización llegaron miles de colombianos ilusionados con la idea de alcanzar la paz y generar reformas económicas políticas y sociales desde el estado para construir una nación más incluyente y democrática. Nunca estuvo ligada a ninguna forma de acción ilegal y desde su nacimiento condenó la violencia como método de acción política. A pesar de esto la extrema derecho, sectores de las fuerzas armadas, el paramilitarismo y grandes capos del narcotráfico, con la complicidad de muchas instituciones del estado, se dieron a la tarea de borrarla del escenario político, asesinando a sus dirigentes.

El regreso de la UP se da cuando avanzan las negociaciones entre el gobierno y las FARC en La Habana con acuerdos ya logrados en los dos puntos más importantes de una agenda de cinco y con una posibilidad latente de iniciar negociaciones con el ELN y cuando la extrema derecha liderada por el uribismo intenta por todos los medios sabotear estas negociaciones y dar al traste con la ilusión de paz y reformas de los colombianos. La UP ha dicho que regresa para apoyar y fortalece el proceso de paz, justicia, reparación de las víctimas y no repetición de la horrenda historia de crímenes políticos. Pero lo más llamativo de este regreso, es que lo hace con el mismo espíritu unitario, incluyente, tolerante y democrático que la caracterizaron desde su nacimiento. Esperamos que su ingreso a la lucha electoral contribuya a construir la tercería que le permita a la izquierda democrática poder aspirar con realismo a la presidencia de la república y a una sólida fracción parlamentaria que enfrente en el congreso las grandes reformas del posconflicto.