La Nación
COLUMNISTAS

Selección Colombia

Nunca antes se había conformado una selección de fútbol de nuestro país tan competitiva como la actual, dirigida por el argentino Pékerman quien no solamente es probo en el campo futbolístico sino en su manejo con la persona del jugador, comportándose como un pedagogo y liderazgo de páter familia. La conformación de esta selección aguanta cualquier control de calidad, y sino miremos que sus integrantes son figuras en los mejores equipos del mundo, y teniendo como antecedente el comportamiento del último Mundial llegando donde nunca habíamos llegado,  destacándose James como el goleador del Mundial y autor del mejor gol, y nuestra selección como una de las mejores.

Estamos seguros de que en la Copa América que se adelanta en Chile nos va ir muy bien, pero es propio de la idiosincrasia nuestra ser emotivos, emocionales, así somos en el fútbol como en la política. Somos distantes del justo medio, nos movemos en los extremos, generalmente con el corazón y no tanto con la razón, amigos o enemigos, hacemos juicios de valor sin la ponderación debida: malos o buenos.

Nos movemos en el péndulo de la opinión de extremo a extremo, como nos acaba de pasar en el partido frente a Venezuela con un resultado adverso, se vino la crítica irracional con nuestros muchachos, sin la premisa de que en “chico largo hay desquite” y la calidad se impone, por fortuna pasados tres días nos enfrentamos al pentacampeón Brasil ganando con holgura, mostrando el buen fútbol del combinado patrio, y hoy vuelven como favoritos, y nuestros conciudadanos sin ponderación nos desbordamos en optimismo, mirando a los demás por encima del hombro, sin justo medio. Por supuesto que es conveniente el ambiente óptimo de la victoria pero debemos saber aún no hemos ganado la competencia.

Así somos, todo con el corazón y poco con la razón, y por no ser centrados nos volamos, siendo injustos en muchos juicios de valor y en este caso con la emblemática selección Colombia. Hay que apoyarlos en las buenas y en las malas, en la seguridad que serán más las buenas que las malas, donde Murillo, Sánchez y Cuadrado mantendrán su nivel; James y Falcao lograrán el desquite.