Rodolfo Valderrama
Desde hace algunos años varios colaboradores de este diario, caracterizado por su pluralismo ideológico, hemos cuestionado las irracionalidades de nuestro modelo desarrollista y asistencialista, especialmente por la aberrante desigualdad manifestada en deficientes servicios de salud, trabajos indignos e inestables, concentración de riqueza o insensibilidad social; sin embargo la arrogante respuesta oficial siempre fue la misma del Acuerdo de paz, “El modelo económico es intocable”; aunque no es el momento de reparos y la circunstancias obligan a la unión sin importar ideas o credos acudiendo todas las formas de lucha contra esta catástrofe, es imperativo acudir a medidas, ágiles, radicales y creativas para evitar el pánico generalizado de consecuencias impredecibles. El gobierno ha adoptado algunas medidas y ha llamado a la “solidaridad” empresarial, por supuesto esto es insuficiente dado el inmenso número de compatriotas formales e informales que están sin ingresos; el único que podría enfrentar la crisis es el Estado, mediante un gobierno “dictatorial” justo para desconcentrar la riqueza y que millones reciban servicios de alimentación, techo y medicamentos básicos, lo demás puede esperar, esto evitaría que al problema de salubridad y trastorno mental se agregue una hambruna, agudizando más esta tragedia que a todos nos afecta.
En anterior ocasión expliqué cómo entre mayor sea la concentración de la riqueza, menor el nivel de empleo público y más alto de grado de informalidad laboral, la solución para una pandemia es más complicada; en Colombia las ocupaciones son de carácter privado en más del 90%, mayoritariamente informales, esto implica que alrededor de 12 millones de trabajadores y sus familias están sin el sustento diario. Los “alivios” y donaciones son insignificantes ante el costo del problema, requerimos algo sistemático y obligatorio, debemos volver al Estado, no hay alternativa; suprimir o reducir Congreso y Cortes (Tienen presupuesto de dos billones de pesos), reducción sustancial de megasalarios y megapensiones, impuestos progresivos a quienes tengan ingreso asegurado (sueldos, pensiones, dividendos), aplazar pago de deuda externa etc; esto permitirá un Ejecutivo ágil con muchos recursos para financiar un Gran fondo y suministrar alimentos a millones de necesitados que amortiguará las protestas, esto sí podría llamarse solidaridad.
Tenemos un país preponderantemente conservador que fundamenta el crecimiento y la guarda del orden en asistencialismo, confianza inversionista y la represión, esto no va a funcionar. Nuestros dirigentes de oposición deberán exigir medidas más drásticas. Por favor!, señores del gobierno y dueños del poder económico, adopten medidas que se salgan de la ortodoxia económica; no lo hagan para favorecer a millones de indigentes, háganlo por ustedes y su familia, pues el cataclismo social podría azotarnos a todos por insalubridad, crisis mentales o pánico económico, actuemos oportunamente!. rodovaldi@hotmail.com