Un mayor y un capitán, retirados, fueron llamados a declarar por la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP), por su presunta participación en falsos positivos. Los dos militares estuvieron adscritos a los batallones Pigoanza y Magdalena de la Novena Brigada del Ejército.
Dos oficiales retirados de la Novena Brigada del Ejército, al parecer comprometidos en falsos positivos, fueron llamados a declarar ante la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP).
Se trata del mayor (r) Fernando Moncayo Guancha y el capitán (r) José David Restrepo Solarte, a quienes la Procuraduría en el informe de observaciones y tras varias audiencias, los encontró como presuntos responsable de homicidios extrajudiciales.
Los exuniformados fueron llamados a declarar por la Sala de Reconocimiento de la JEP, luego de estudiar el informe del Ministerio Público.
Moncayo Guancha, quien fue el subcomandante del Batallón Cacique Pigoanza con sede en el municipio de Garzón, deberá presentarse a declarar el próximo 15 de julio.
El nombre del entonces oficial de operaciones y segundo comandante de la unidad militar salió a relucir en las versiones voluntarias de comparecientes en las que fue mencionado y el informe de la Procuraduría.
“…el Ministerio Público considera que existen elementos de los que se deriva la participación de los señores Jair Arias Sánchez y Fernando Moncayo Guancha, y la de sus subordinados, en el patrón de planeación de las bajas ilegítimas”, indica la Procuraduría.
Sobre el capitán (r) Restrepo Solarte, quien fue llamado a declarar el 25 de julio, es señalado de haberle puesto armas a uno de los muertos presentado como baja en combate. El entonces oficial era el jefe de inteligencia del Batallón Magdalena entre noviembre del 2004 y noviembre del 2005.
El capitán Restrepo fue acusado directamente en audiencia de haber supuestamente participado en el encubrimiento de los crímenes. “Les colocaron unas armas, les colocaron armas cortas, yo creo que eran unos revólveres y en todo caso pasó en cinco minutos, eso fue rapidito que pasó, eso les colocaron las armas…”, manifestó el soldado Albeiro Rojas Bocanegra.
Agregó que el capitán le manifestó que se tenían que mover de ese lugar y no decir nada de lo que había pasado. “Me dijo hoy se tienen que mover de acá, como ordene mi Capitán. Nos movimos, y habló que ningún soldado fuera a hablar de lo que había hecho”.