Una mujer con sus seis hijos y su padre enfermo será lanzada a la calle el próximo 24 de enero. Una mujer con sus seis hijos y su padre enfermo será lanzada a la calle el próximo 24 de enero. Actualmente ocupa un lote ajeno en el barrio Altos del Magdalena, donde improvisó un cambuche para protegerse del frío y de la lluvia. GERARDO VALENCIA GUTIÉRREZ LA NACIÓN, PITALITO María Gladys Arias, una humilde mujer víctima del conflicto, que desde hace dos años y medio reside en Pitalito, vive por estos días un verdadero drama, debido a que las autoridades han anunciado para el próximo 24 de enero el desalojo por la fuerza del cambuche donde actualmente vive con sus seis hijos y su padre enfermo. María Gladys y su familia forman parte de los cerca de 18.000 desplazados por la violencia, que en los últimos años han llegado a Pitalito desde diferentes regiones del país buscando una nueva oportunidad para rehacer sus vidas, después de los duros golpes que recibieron por parte de los actores del conflicto armado en Colombia. Ella proviene de Belén de los Andaquíes (Caquetá), donde la guerrilla asesinó a su esposo en el año 2001. Desde entonces la vida se convirtió en una pesadilla para ella y sus pequeños. “Tuvimos que abandonar nuestra tierrita donde trabajábamos y salir a buscar dónde vivir en varias partes, sin que hasta el momento hayamos podido establecernos”, dice. La familia, que hasta el jueves era de nueve integrantes, vive en un improvisado cambuche con techo de plástico, paredes de costal y piso de tierra, construido en un lote desocupado cuya propietaria reclama. “No tuve más remedio que meterme aquí con mis hijos y mis padres. Yo estaba pagando arriendo en una choza que me cobraban 130.000 pesos, pero llegó el momento en que no pude cumplir y me echaron a la calle”, asegura. Allí llevan tres meses viviendo en precarias condiciones, pues no cuentan con ningún tipo de servicio público y las aguas servidas corren hacia la calle, provocando la incomodidad y el inconformismo de sus vecinos. “En estas condiciones hemos vivido los últimos tres meses. Éramos nueve pero mi madre falleció el jueves pasado”. Incertidumbre Paradójicamente María Gladys vive en el barrio construido para las familias en condición de desplazamiento forzado que hace varios años llegaron a Pitalito, quienes han recibido toda clase de beneficios por parte del Estado y organismos internacionales en metería de vivienda, educación, salud, recreación y alternativas de generación de ingresos. Son esas mismas personas que hoy la ven como un inconveniente para su convivencia y quieren que abandone su barrio. “Yo no sé para dónde me irán a mandar con mis hijos. La realidad es que no tengo idea de qué va a pasar cuando me saquen de aquí. Yo sé que este lote no es mío y que su dueña tiene el derecho de reclamarlo, pero, ¿y mis hijos, dónde los meto?, se pregunta. Apoyo El director de Vivienda del Municipio, Alexander Aragón, le informó que la administración trabaja en un plan de vivienda destinado a familias que como la de ella, son víctimas del conflicto y viven en extrema pobreza, en el cual será incluida. Sin embargo, un proyecto de esta naturaleza tarda al menos un año en cristalizarse, por lo que María Gladys se pregunta qué va a hacer mientras llega esa solución.
Hasta el 24 de enero tiene plazo María Gladys para desocupar el lote donde armó su cambuche.