Albeiro Castro Yépez
Desde la época de la colonia los colombianos en virtud de su vocación agropecuaria y la adoctrinarían del credo católico, convirtieron las ferias y fiestas en eventos emblemáticos, bien, como oportunidades de negocios, manifestaciones religiosas o simplemente como encuentros entre amigos y compadres; si bien el concepto se ha mantenido, con el surgimiento del marketing turístico, este tipo de eventos se han aprovechado como uno de los componentes de la promoción turística de los municipios y en ocasiones de las regiones.
En este sentido, en el año 2015 el departamento del Huila levantó el Inventario de Ferias y Fiestas de sus 37 municipios con el propósito de apoyar la organización y promoción de este tipo de certámenes, animando a los municipios a mantener actualizada la información como un componente de la gestión pública del turismo, para ello, creó un botón en el Sistema de Información Turística y Cultural del Huila-SITYCHUILA, un compromiso que unos cumplen y otros no, pero que vale la pena retomarlo y ponerlo al día para el beneficio de los empresarios y de las comunidades locales, máxime cuando hoy se habla de oportunidades para la reapertura y reactivación económica para la época pos Covid-19.
El ya mencionado inventario de Ferias y Fiestas permitió conocer que, el 33% de los eventos municipales se relacionaban con fiestas patronales, si bien, hoy la motivación se conserva, ella, ha crecido con las peregrinaciones organizadas a los santuarios religiosos, previéndose su fortalecimiento con la determinación del Obispo de Roma de declarar el año 2025 como “Jubileo Peregrinos de La Esperanza”, le corresponde entonces a la institucionalidad del turismo departamental y municipal crear sinergia con las autoridades eclesiásticas para articularse a la organización del evento del que se percibe ya ha iniciado.
De igual manera el componente de ferias registró el 21% de los eventos municipales, si bien, la mayor incidencia se presentaba en las ferias ganaderas y equinas, hoy han surgido las ferias del café, cacao incluyendo actividades especializadas como el barismo y concursos de taza de excelencia, y por supuesto, el desarrollo de la artesanía con apoyo institucional en diseño, empaquetamiento y comercialización ha creado oportunidades para la organización de eventos locales y regionales, otra oportunidad para la institucionalidad del turismo; en este mismo segmento, se nota el auge del viverismo en todo tipo de climas, se percibe en pisos altos, pero también, en los ubicados en la zona del valle del Magdalena. Cultura y fiestas cívicas juegan un papel importante, pues, las comunidades se han retomado el tema de la historia, especialmente la búsqueda del origen de su formación como pueblo, incluidas sus tradiciones en gastronomía, música, danza, mitos y leyendas, conocimiento básico para la construcción de los guiones turísticos.