La Nación
Fiestas sampedrinas y la pandemia 1 18 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Fiestas sampedrinas y la pandemia

Rodrigo Villalba Mosquera

Después de 60 años de manera ininterrumpida en que celebramos las mejores fiestas del país, el Reinado Nacional del Bambuco y el Festival Folclórico,  que fue creado en 1.959 para que comenzara anualmente a partir del año siguiente, lo que constituyó en su momento un hecho encaminado a la construcción de identidad huilense frente al hermano departamento del Tolima, hoy nos corresponde suspender el evento folclórico por cuenta de la pandemia del covid-19.  Circunstancia que lamentamos por lo que representa para la región desde el punto de vista cultural, turístico y económico, pero comprendemos la medida.

Hasta finales de los cincuenta, las fiestas de San Juan y San Pedro era una tradición que anualmente se celebraba por acción espontánea de la comunidad, y de las autoridades locales, hasta cuando arrancó la organización del reinado nacional del bambuco con sede en Neiva, a partir de 1960 mediante ordenanza departamental.

Nuestra fiestas son auténticas, reconocidas nacional e internacionalmente,  y casi que no hay colombiano que sea extraño a ella, o que haya algún connacional,  que no haya disfrutado de nuestras tradicionales fiestas.

Las fiestas sanpedrinas, como fiesta y tradición, son tan antiguas que constituyen nuestro más orgulloso patrimonio cultural, y tienen su origen de la época de la colonia española, como lo afirma los historiadores Bernardo Tovar y Jorge Alirio Ríos, para celebrar con ritos religiosos el cambio de estación y las cosechas, como la temporada vacacional haciendo honor especialmente al patrono más apreciado en la Europa católica, San Juan Bautista, tradición que  nos llegó, y con el correr de los tiempos y el éxito de estas celebraciones terminaron en una duración de una semana, empatando con las de San Pedro, volviéndose cada día menos religiosa y más con el gozo sensual.  De ahí que “sanpedriar” es sinónimo de “pegarse la rodadita” con parranda incluida.

Nos tocó este año celebrar en casa con asadito huilense, nada de doble anís, y menos de otros licores, con un buen documental por televisión, ojalá, el de los mejores momentos del reinado, para rememorar todas las bondades artísticas de nuestros artesanos, artistas y reinas al son de nuestro de himno del San Juanero.  No vale la pena hacer un esfuerzo presencial, así sea con todos los protocolos y medidas de bioseguridad.

En honor de nuestras tradicionales fiestas, mucho juicio, mucha responsabilidad alrededor de la pandemia, que tiene la curva empinada con unos registros record del viernes anterior: 3.843 nuevos casos y 157 fallecidos (esta es la cosecha del día sin IVA) que nos tiene que concientizar para ser rigurosos en el autocuidado, o el riesgo está a la vista.