Por Fermín Beltrán Barragán
Somos seres de agua, entre el 50% y 70% de nuestro cuerpo está compuesto de esta maravillosa sustancia, la cantidad varía de acuerdo a la edad, un niño tiene el más alto porcentaje mientras un anciano el más bajo. Pero no solo necesitamos agua para nuestro cuerpo, sin ella no podemos producir alimentos, hacer industria, generar empresa. Es decir, sin este líquido no podemos sobrevivir.
El 71 % del planeta está compuesto de agua, de esta totalidad solo el 2% es agua dulce y solo podemos acceder al 1 % de ella para el consumo. Ciudades enteras están a punto de quedarse sin agua potable, entre ellas ciudad de El Cabo, Lima, Yakarta, Beijing y El Cairo, en Colombia 55 municipios tienen problemas serios de abastecimiento y, según la ONU, en 2050 el 25 % de la población tendrá escasez de agua.
Es extraño que, siendo seres de agua, irracionalmente desperdiciemos y destruyamos el líquido que nos da la vida, es como si fuéramos seres que intentáramos suicidarnos lentamente. Sin miramiento, llenamos los ríos de desechos, todo lo sucio que vaya al agua, erigimos nuestra vanidad sobre nuestra propia destrucción y muerte, nos vestimos con armas letales para autodestruirnos. ¿Qué clase de creaturas somos?
Colombia es el sexto país del mundo con más reservas de agua dulce, ese es un potencial extraordinario, llegará el momento a la humanidad en el cual un litro de agua pura será más valioso que un lingote de oro de 24 quilates. El Huila, igualmente ocupa un lugar privilegiado en reserva de agua, este departamento hace parte del Macizo Colombiano y ese es su mayor tesoro, toda vez que esa reserva de la biósfera es la estrella fluvial de Colombia, entre otras muchas riquezas. Siendo esto así deberíamos concentrarnos en potenciar el recurso hídrico de esta región.
Partamos de reconocer el esfuerzo de la CAM y entidades territoriales por la declaración de áreas protegidas del del 33% por ciento del territorio departamental. A partir de esa buena decisión, se hace necesario desplegar algunas acciones estratégicas fundamentales, la más importante: hacer del departamento del Huila un modelo universal de educación ambiental, a través de ella lograríamos construir conciencia colectiva del respeto que todos debemos tener por el ecosistema, detendríamos considerablemente la contaminación del agua y lograríamos un uso racional de la misma.
Otra acción en perspectiva de futuro, también de alta importancia, es la educación e investigación sobre todas las temáticas relacionadas con el agua, de esta manera lograríamos generar conocimiento vital para la región. Y una tercera acción está orientada a la generación y aplicación de tecnologías para la conservación, el cuidado y el uso racional del agua, tales como la acuatrónica, la agricultura de precisión, entre otras muchas. Si lo decidimos, podemos ser el ecosistema de innovación y emprendimiento más grande de Suramérica en los temas relacionados con el agua, si nos quedamos al margen seremos un desierto que dejó ir sus oportunidades.