La Nación
“Gente de Cervantes” 1 17 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

“Gente de Cervantes”

Por: Mario Andrés Huertas Ramos

Celebrado recientemente el día del idioma resulta pertinente traer a colación “Gente de Cervantes. Historia humana del idioma español”, cuyo autor es Juan Ramón Lodares.

El objetivo principal de este ensayo es narrar la manera en que “un modesto romance  se convirtió en uno de los grandes dominios lingüísticos del mundo” y en una “lengua multinacional” en gran parte del concierto de las naciones.

La tesis propuesta es que el español se formó por la necesidad comercial y política que tenía el imperio español para afianzar su poderío. Más allá de un asunto de identidad, este romance tuvo una particular utilidad que permitió que, mayoritariamente, la empresa colonial en el Nuevo Mundo tuviese vida propia.

El método planteado desafía lo lineal y cronológico para dar paso a cincuenta anécdotas que explican cómo dicho romance se convirtió en una “red de comunicación masiva” fuera de la península Ibérica. Las anécdotas se pueden agrupar en varios momentos.

El primero de ellos es La Conquista, ya que durante esta etapa el objetivo militar puso a los españoles frente a un laberinto políglota muy complejo que hizo tanto del aprendizaje de lenguas vernáculas como de la difusión del español una misión casi imposible.

Ya en La Colonia, el desafío estuvo del lado de la cristianización; es decir, resultaba imperativo difundir la idea de un Dios a través del español como idioma oficial; apelando entonces a “la lingüística misionera” que reforzaba la idea del trasplante político en América.

El tercer momento fue el siglo XIX, periodo durante el cual problema a resolver era si la libertad política suponía también una liberación lingüística y, en cuyo caso, definir el reemplazo idiomático del español.

Aunque en un primer momento, Lodares revela que se llegó a pensar que el español podría sufrir la misma suerte que el latín; es decir, que nacieran unas ramificaciones como el caribeño, el mejicano, el platense, y el pacífico (en alusión al océano). En un segundo momento, el francés se perfiló como una buena opción que no pasó más allá de ser una lengua para cierta minoría culta.

Pero, el asunto no era exclusivo de la gente de Cervantes. En EE.UU. Thomas Jefferson planteó la necesidad de crear una Academia Americana (similar a la francesa) a través de la cual se pudieran hacer variaciones, incluso ortográficas, para diferenciarse del inglés británico tal como hoy se aprecia no solo en pequeños matices sino en auténticas expresiones.

En el Imperio del Brasil también surgió la misma iniciativa en voz del propio José de Alencar quien consideró que el portugués americano debía ser diferente al europeo y, en ese sentido, su prolífica obra fue escrita con estilo auténticamente brasileño que significaba separarse del tutelaje  portugués.

Estos casos de nacionalismo lingüístico pueden reflejar el asunto del acento como un factor común en todo el continente. Ante lo cual vale cuestionarse si el tema obedeció a un aspecto político-cultural o a un asunto espontáneo y natural. [Continuará]