En Neiva han venido ganando preeminencia los “shopping – centers”, los conjuntos residenciales, barrios y sectores urbanizados como viviendas de interés social, algunos con fachada de “ghettos”, cuyas calles y portales de acceso han perdido su carácter de “públicos”. Voy a referirme a la configuración históricamente denominada “el guetto”. La palabra “ghetto” de origen italiano significa “fundición en hierro” “edificio armado en hierro”, se utilizaba para denotar las fábricas que funcionaban en las barriadas. Eran edificaciones cercadas por muros, mallas, rejas, o puertas, las cuales se cerraban en la noche y se abrían al amanecer. Muy comunes en la Edad Media. Posteriormente se extendieron por toda Europa. Los “guettos” demarcaban espacialmente los barrios para vivir y permanecer confinados en las noches. La mayoría de las veces con fines de exclusión y control social, de segregación racial y religiosa. La adaptación urbanística de los “guettos” a la vida contemporánea probablemente tiene explicaciones de corte político e ideológico, es como añorar la organización social y política de tipo feudal. Puede asimilarse como una adaptación de las urbes a la nueva vida social, incierta, insegura, y “light”. En Neiva proliferan indigentes, bandadas de jóvenes y adultos delincuentes, grupos extremistas y hasta dogmáticos religiosos. Contribuye en este crecimiento el abandono institucional de las autoridades como la desorganización y la desorientación de la sociedad. En general “lo postmoderno” ha conducido al desconocimiento y desencanto con la institucionalidad. Los centros históricos (monumentos, hitos, imaginarios y peatonales) son ocupados por desbandadas sociales y abandono estatal. Preguntas: ¿En Neiva se vive en cómodos “guettos” a la usanza de la Edad Media? o ¿es la inseguridad la que nos obliga? P.D. Debo subrayar la “marca” que nos legara el prolífico Antonio Farid Campos Polanía en el proceso “Huila 2020”. Lamentamos su anticipada desaparición.