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‘Giorgio Sale no me dio un Rólex’ 2 25 abril, 2024
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‘Giorgio Sale no me dio un Rólex’

‘Giorgio Sale no me dio un Rólex’ 8 25 abril, 2024
El magistrado Yesid Ramírez Bastidas advirtió que fue víctima de un complot para desprestigiarlo.
Un abogado que asesoró a ‘La Gata’ y que aspiraba a ser magistrado del Tribunal de Justicia y Paz, bravo porque no lo nombraron, reveló a su manera, el regalo que el empresario italiano Giorgio Sale le dio en un acto público al magistrado Yesid Ramírez Bastidas, semanas antes de ser nombrado presidente de la Corte Suprema de Justicia.

El episodio fue utilizado para desprestigiar a la Corte y frenar las investigaciones por la infiltración de paramilitares de extrema derecha en la política y la institucionalidad. El ex magistrado, blanco estratégico del complot, revela la otra cara de esa historia.
 
-¿El Rólex fue otro montaje?

La Corte dijo claramente que el DAS había montado dos falsos positivos: el supuesto Rólex que no se probó y que Ascencio Reyes era narcotraficante. Todo esto la justicia se ha encargado de aclarar.

El homenaje lo usaron para perjudicarme. El otro montaje fue que un señor de nombre Giorgio Sale me había regalado un reloj Rólex con incrustaciones de diamantes. Quiero presentarle con documentos a la mano una versión de contexto como se dice hoy en día.

-¿Cómo conoció al polémico italiano?

Y arranco por decirle con pruebas en la mano que asistí el 20 de enero de 2006 a un homenaje que se le hizo en Sincelejo (Córdoba) al entonces presidente de la Corte Suprema de Justicia Carlos Isaac Náder. Fui como fueron el Procurador General de la Nación, el defensor del Pueblo, Vólmar Pérez; el vicefiscal General, Jorge Armando Otálora, actualmente Defensor del Pueblo.

También asistieron el magistrado de la Corte Constitucional Rodrigo Escobar Gil; magistrados del Consejo Superior de la Judicatura y 18 magistrados de la Corte Suprema de Justicia, además de los magistrados de los tribunales de Montería, Sincelejo y Cartagena.
 
-¿Por qué asistió a ese acto?

Fui a ese homenaje como un invitado más porque a la semana siguiente se elegía presidente de la Corte y yo como vicepresidente aspiraba a esa posición. En ese acto público, oficial, el presidente de la Corte Jorge Isaac Náder, me presentó a un ciudadano que estaba en la pista de baile y que andaba para arriba y para abajo con el magistrado Rodrigo Escobar Gil. Después me enteré que su nombre era Giorgio Sale. En esa circunstancia conocí a ese señor. Aquí tengo copia de la declaración de la magistrada Mary Raquel Rodelo Navarro, quien fue la organizadora del certamen, certificando los nombres de todas las personalidades que asistimos a este acto social.
Ella señala que ese señor no estaba invitado y no se explica cómo apareció.

Le reitero, a mí me lo presentó el presidente de la Corte, en el Club Social de Sincelejo. 
 
-¿Volvió a ver al Giorgio Sale?

 A finales de febrero viajé a Barranquilla con Eduardo Campos Soto, vicepresidente del Consejo de la Judicatura y mi colega Jorge Luis Quintero Milanés, cada uno con su esposa. Nos recibieron varios magistrados como Clímaco Molina Ramos, quien figuró como en diez listas como magistrado de la Sala de Casación Laboral y Julio Ojito Palma, presidente del Tribunal Superior de Barranquilla. Ellos me invitaron a cenar a un restaurante que estaba de moda. Allá volví a ver a ese señor, Giorgio Sale,  en compañía de Rolando Vera Roberts, magistrado de Costa Rica con quien había coincidido en algunos eventos académicos en Medellín.

-¿Usted firmó el libro de visitantes?

Como lo hacían todas las personalidades, también yo firmé con mi nombre  y cargo, no con la firma, el libro de ‘visitantes ilustres’ de ese restaurante. En ese libro quedó consignado lo que escribí diciendo las buenas atenciones que hemos recibido y al final pongo mi nombre y mi cargo, no la firma.  Esa es una prueba de la buena fe. Si estuviera en algo indebido no pongo mi nombre. Mis enemigos reproducen la primera parte pero no la última parte porque se dan cuenta que ahí está la prueba de mi buena fe.

-¿Cuándo se enteró de los antecedentes de Giorgio Sale?

El 12 de marzo siguiente, llegó a mi despacho, el magistrado Jorge Luis Quintero Milanés, compañero de oficina, y  me contó que le habían abierto unas diligencias preliminares a un hijo de este ciudadano italiano. De inmediato me comuniqué con la Interpol  y le pedí información.  Como lo puede ver en este documento que le entrego, la Interpol me certificó que ni siquiera en esa fecha, finales de 2006, este señor, Giorgio Sale, no tenía ninguna radicación por problemas con la justicia. Esa certificación fue expedida el 13 de enero de 2006. ¿Cómo hacía yo para presumir que este señor andaba en malas cosas? De ahí en adelante me le abrí al señor.

-¿Interpol le respondió?

El 25 de febrero de 2006 y el 13 de marzo le pregunté a la interpol los antecedentes de ese señor y me dijeron que en Colombia no tenía ningún tipo de proceso. Por esa misma razón absolvieron al empresario Alfonso Castillo Ruiz, de origen huilense, por haberle comprado los almacenes Gino Pascalli a Giorgio Sale. 

Entonces esas relaciones fueron de buena fe, menos Yesid Ramírez porque era presidente de la Corte Suprema de Justicia que abrió la investigación de la parapolítica.
Entonces vino el chantaje para extorsionarnos para que no siguiéramos adelante con esas investigaciones.

El mismo Giorgio Sale admite que fue amigo de los magistrados José Alfredo Escobar, Rodrigo Escobar Gil y Carlos Isaac Nader a quien vi, amanecer tomando trago.
Sale dice que el ex fiscal Luis Camilo Osorio, siendo embajador en Italia lo visitó y departió con él. A su sitio de reclusión en Roma lo visito el hoy condenado Sabas Pretel a ofrecerle favores con tal que declarara contra la Corte, a  lo se opuso.
 
-¿Nunca lo volvió a ver?

Lo volví a ver en la reunión anual de la Jurisdicción Contenciosa Administrativa en Valledupar en abril siguiente. Yo llegué el último día de esa celebración, con los demás presidentes de las altas cortes a la clausura de esos actos. Me dicen que ese señor llegó desde la víspera de la instalación que fue el miércoles, asistió a todas las conferencias. Sólo lo vi en el encuentro. Sin embargo la gente no puede satanizar ese evento por la asistencia de este señor que pasado el tiempo resultó en problemas con la justicia.

-¿Sale tenía algún proceso en la Corte?

Ese señor nunca tuvo un proceso en la Corte, en la Sala Penal. Nunca estuvo en el cuarto piso en donde funciona la Corte en el Palacio de Justicia. El magistrado Arrubla dice que la Sala Civil conoció cuatro tutelas y todas se las fallaron en contra. Este señor se la pasaba, y eso es cierto, en el Consejo Superior de la Judicatura y en algunos despachos de la Corte Constitucional. En la Sala Penal no había ningún proceso contra él ni estuvo en ninguna oficina.
 
Epilogo

-¿Qué le deja este episodio?

Un día me encontré con el entonces senador Juan Lozano, quien me saludo amablemente y me dijo: “doctor Yesid a usted en este momento lo están tratando como a un paria, pero el día que mi nieto sea mayor de edad se va a enterar que la Corte que usted presidió se dio la pela de sancionar las actividades delincuenciales de 70 parlamentarios de éste país, caso único en el mundo, Corte que debe merecer el respaldo y el aplauso. Me lo dijo el entonces senador uribista Juan Lozano en el edificio de la Procuraduría General de la Nación. Y me advirtió que esa razón se iba a retirar de ese movimiento. Hoy efectivamente Lozano se retiró de ese movimiento.

­-¿Aspiraciones en la vida pública?

Quiero comentarle que el senador Rodrigo Villalba, Flora Perdomo y el ex senador Géchem propusieron mi nombre como candidato a la Gobernación. Yo descarté eso porque ya le dediqué 35 años al servicio público y ahora estoy disfrutando mi pensión alternando con un ejercicio intelectual en algunas maestrías o como conferencista en algunos postgrados y estoy feliz en este entorno.

¿Cómo fue la historia del Rólex?

Giorgio Sale, en una entrevista con la revista Semana cuenta que en ese contexto de la cena a la que me invitan los magistrados de Barranquilla; con los magistrados Quintero Milanés  y Campos Soto de la Corte con varios fiscales y jueces, él me entrega un reloj. Cuando se lo fui a devolver me dijo: “Déjelo”.  No le vi ningún inconveniente porque fue en público, delante de todo el mundo.
 
-¿Pero sí recibió el Rólex?

No era un Rólex con incrustaciones en diamante como perversamente se desinformó, pero a mis enemigos no le servía que fuera un reloj Locman de 150 euros, como el mismo lo revela. Un reloj usado, mal conservado. Con una pulsera de cuerpo
 
-¿Cómo se destapó el caso del Rólex?

En este contexto, quiero decirle que yo soy una víctima. El caso del Rólex lo contó un aspirante a magistrado del Tribunal de Justicia y Paz de Barranquilla, que andaba haciendo ‘lobby’ para que lo incluyéramos en la lista, pero al señor no lo incluimos porque supimos que no era la persona más idónea para ese cargo, fue defensor de la empresaria del chance Enilse López, conocida como ‘La Gata’ condenada por nexos con paramilitares.
 
-¿Recuerda el nombre?

Es un señor que se llama José Francisco…José Francisco Castillo Tuirán, quien salió en la lista del Consejo de la Judicatura para aspirar a esa magistratura, pero la Corte no hizo eco en su nombre. Por eso este señor, cercano a Giorgio Sale, salió a contar ese episodio para perjudicarme y tuvo el cinismo de ir a la Corte a disculparse. Pero yo ya sabía que fue el que filtró el caso a la prensa, lo recriminé, el tipo salió en estampida.
 
-¿Era un reloj chiviado?

No era una Rólex, le repito,  era un reloj Locman Sport de 150 euros y no tenía incrustaciones como falsamente lo han presentado mis enemigos. Aquí lo tengo. Un reloj viejo.
 
-¿Entonces por qué lo conserva?

Como prueba de la infamia, para hacer lo estoy haciendo con usted, para decirle a la opinión pública que la infamia contra mi comienza diciendo que es un Rólex y con incrustaciones y usted lo ha visto. Es un reloj Locman que vale 150 euros nuevo según lo dijo el propio Sale. Aquí lo tengo como prueba de la infamia que cumple nueve años de esta tragedia personal.

Estaba esperando los fallos de la judicatura. No había querido hablar porque mis enemigos iban a decir que estaba interfiriendo.

Desde que salí de la Corte no volví jamás. A los actuales magistrados los conozco de lejos, no me he tomando un tinto con ellos.
 

‘Giorgio Sale no me dio un Rólex’ 9 25 abril, 2024
Este es reloj Locman, usado y sin inscrustaciones, que le dio Giorgio Sale. No era un Rólex.