Gonzalo Rivera Rivera, ingeniero civil especializado en logística, planeación económica y transporte, nació en Neiva en 1945. A lo largo de su vida laboral, dejó una huella significativa en la logística cafetera desde su labor en Almacafé y la Federación Nacional de Cafeteros, contribuyendo al desarrollo y fortalecimiento de este importante sector en Colombia. Esta es su historia.
Hernán Guillermo Galindo M
hernan.galindo@lanacion.com.co
El ingeniero civil Gonzalo Rivera Rivera, desde su residencia en la capital colombiana, donde disfruta de su jubilación, compartió con LA NACIÓN detalles de su vida marcada por la ingeniería, el transporte y la caficultura.
Nacido en Neiva en 1945, creció en un entorno rural que se extendía desde el río del Oro hasta Las Ceibas, y desde el río Magdalena hasta la estación del ferrocarril. Recordó su infancia como una etapa llena de cercanía familiar y una fuerte interacción con la comunidad local.
A los 17 años, tras culminar sus estudios secundarios, se trasladó a Bogotá para estudiar Ingeniería Civil en la Universidad de los Andes. Su carrera profesional ha estado centrada principalmente en Bogotá, con la excepción de un periodo de cinco años en el exterior, trabajando para una organización internacional.
A lo largo de su trayectoria, el ingeniero Rivera ha sido reconocido por su dedicación al estudio y su destacada contribución profesional desde la capital colombiana, desempeñándose en entidades como el Ministerio de Transporte y la Federación Nacional de Cafeteros.
Campo laboral
Gonzalo Rivera Rivera relató que dedicó 42 años de su vida laboral a la planeación, enfocándose principalmente en los sectores cafetero y carretero. Comenzó su carrera en 1969 en el Ministerio de Transporte, en la Oficina de Planeación, donde lideró proyectos claves, como el estudio integral del transporte en la cuenca del río Magdalena. Durante este período, coordinó un equipo colombiano en colaboración con expertos holandeses, consolidando así su formación en logística y transporte.
Permaneció nueve años en el ministerio hasta que surgió la oportunidad de vincularse a Almacafé, marcando su ingreso al sector cafetero.
En 1978, se unió a Almacafé, donde asumió responsabilidades en la distribución de café, fertilizantes y empaques para la Federación Nacional de Cafeteros. Aunque al principio desconocía el sector, rápidamente se apasionó por su eficiencia y organización, lo que lo llevó a desempeñarse como gerente general durante casi 17 años. Además, trabajó en la Federación Nacional de Cafeteros, donde se destacó por su liderazgo en la modernización del transporte y la industria cafetera.
Aunque ingeniero civil de formación, Gonzalo se especializó en logística, planeación económica y transporte, áreas que definieron su trayectoria profesional. Su trabajo dejó un importante legado en el desarrollo de los sectores cafetero y carretero en Colombia, consolidándose como un referente en ambos ámbitos.
Al exterior
Adicionó que en medio de su crecimiento en Almacafé, surge una posibilidad para ir al exterior,. Trabajó en el organismo predecesor del Pacto Andino en Lima, Perú, durante cinco años, una experiencia internacional que enriqueció su especialización y visión cultural, dijo.
En 1983 regresó a Colombia y retomó labores en Almacafé, liderando la logística y distribución de café. Más tarde, fue invitado a la Federación Nacional de Cafeteros como subdirector comercial, donde coordinó equipos en compra, calificación, control de calidad, almacenamiento, procesamiento y transporte de café, trabajando con navieras y puertos.
Bajo su liderazgo, el sector cafetero alcanzó un récord histórico en exportaciones en 1992, con 16.6 millones de sacos de café exportados, cifra aún sin superar. Su contribución fortaleció la logística cafetera, consolidándolo como una figura clave en el desarrollo del sector en Colombia.
Este éxito reflejó la eficiencia del equipo que lideró, aunque Gonzalo subraya que fue el trabajo colectivo lo que permitió alcanzar este hito. En su opinión, el récord es un dato olvidado en la actualidad, a pesar de su relevancia para la caficultura nacional.
El momento actual
Gonzalo Rivera Rivera se muestra optimista sobre el futuro de la caficultura colombiana, destacando el nombramiento de Germán Bahamón como gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros, un reconocimiento al Huila como principal productor de café del país. Con un aporte del 19% de la producción nacional, 86.000 familias cafeteras y 150.000 hectáreas cultivadas, el Huila refleja el esfuerzo de generaciones de pequeños productores.
Gonzalo enfatiza que la educación es clave para el progreso del sector, tanto en la producción como en la comercialización. Además, valora los proyectos de financiamiento y renovación de cultivos impulsados por la alianza entre el Huila y la Gobernación, aunque reconoce que siempre hay espacio para mejoras.
La vida familiar
El ingeniero Gonzalo Rivera Rivera se casó en 1971 con Alba Cecilia Hoyos, con quien tuvo dos hijos: Miguel Gonzalo, padre de Juan Miguel, y Luisa Fernanda, fallecida hace siete años. Su familia proviene de Popayán y se asentó en el Huila en el siglo XVIII. Su padre, Miguel Rivera, ingeniero civil, lideró la electrificación del Huila e influyó en su decisión de ser ingeniero civil. Gonzalo es el segundo de siete hermanos, repartidos entre Bogotá, Neiva y España. Aunque también estudió ingeniería civil, su carrera se enfocó en el sector cafetero, dejando una importante huella profesional en este ámbito.
Hoy pensionado, Gonzalo disfruta de actividades personales como leer, escuchar música y resolver crucigramas. Aunque ya no participa activamente en la caficultura, se siente orgulloso de su contribución responsable al desarrollo del país. Aunque vive lejos del Huila, regresa una vez al año para mantener viva su conexión con la región y sus tradiciones. A pesar de algunos cambios en su estilo de vida, mantiene un profundo cariño por sus raíces y cultura.