El Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos, que tiene el honor de ser el primer sitio colombiano en ser declarado como parque protegido, en 1960, dando inicio a este propósito ambiental que hoy abarca a 56 áreas más del sistema de Colombia, está bajo amenaza. El Parque Nacional Natural Cueva de los Guácharos, que tiene el honor de ser el primer sitio colombiano en ser declarado como parque protegido, en 1960, dando inicio a este propósito ambiental que hoy abarca a 56 áreas más del sistema de Colombia, está bajo amenaza. El riesgo proviene del acelerado crecimiento de cultivos de granadilla, lulo y mora, especialmente, que se ubican por docenas a su alrededor en las montañas que rodean también al municipio de Palestina y dan acceso al Parque por una de sus dos entradas; la otra es por San Adolfo, municipio de Acevedo. La aparición de estos cultivos frutícolas no constituye en sí el peligro sino la evidencia palpable de que para su producción se han deforestado centenares de hectáreas de bosques y se está construyendo una carretera, ilegal, sin permiso ninguno y sobre una zona frágil que no aguantará por mucho tiempo el paso de camiones como es la pretensión de quienes, a pico y pala, la están abriendo sobre la montaña. No es la zona aledaña a Guácharos propicia para el desarrollo de ninguna producción agropecuaria, a menos que se trate de reforestación, y hasta el momento no ha habido alguna acción concreta de las autoridades para suspender o detener estas acciones depredadoras. Según Parques Nacionales Naturales de Colombia, esta área protegida es una de las últimas extensiones de selva andina bien conservadas del sur del Huila, donde se resguardan especies vegetales amenazadas de extinción. Igualmente, que desde 1979 la Unesco lo declaró Reserva de la Biósfera y que allí se encuentra una rarísima especie de roble, el Colombobalanus excelsa, en honor a Colombia, comúnmente conocido como roble negro o morado. Por supuesto, además de su exuberante paisaje de cuevas enormes, como las del Indio, el Hoyo y la de los Guácharos, cascadas y notables cañones y laberintos, que con la acción química y mecánica del río Suaza y sus afluentes, en el transcurso de millones de años dieron origen a la formación de las mismas cuevas. Es absolutamente urgente que se tomen medidas de choque, rápidas y efectivas para detener este ataque a un sitio que, incluso, debería extenderse más allá de esas pocas 9.000 hectáreas que lo conforman, lo que limita en buena parte la tarea de los guarda parques y demás funcionarios que puedan y deban trabajar en su conservación. Incluso algunos expertos lo recomiendan para asegurar el acceso protegido del guácharo a su fruto preferido, la palma milpés la cual es muy abundante en el Caquetá y no en el Huila, además de que muchas de las especies que proveen alimento al pájaro no se encuentran justamente en esa área. Y no sobra señalar que su conservación está dirigida no a convertirlo en sitio de turismo masivo, tan riesgoso como su depredación, sino en que permanezca como otro pulmón para la vida de la región. “Es absolutamente urgente que se tomen medidas de choque, rápidas y efectivas para detener este ataque…” Editorialito La Alcaldía de Neiva anunció que revisará la prohibición de parrillero en el microcentro, adoptado recientemente. Está bien que se rectifique a tiempo sino funciona. Pero deja entrever improvisación, falta de planeación y sobretodo, medidas inútiles.