Más de 120 toneladas de basura y residuos sólidos vienen siendo almacenados sin control ni tratamiento en el botadero a cielo abierto en el sector de La Isla, vía a Miraflores. Más de 120 toneladas de basura y residuos sólidos vienen siendo almacenados sin control ni tratamiento en el botadero a cielo abierto en el sector de La Isla, vía a Miraflores. Los lixiviados que se generan amenazan con contaminar afluentes del río Suaza.. HUMBERTO SOSA SIMBAQUEVA LA NACIÓN, GARZÓN Los residuos sólidos y basuras recolectados en toda la jurisdicción del municipio de Guadalupe, que hacienden aproximadamente a 120 toneladas mensuales, están ingresando al sitio conocido como La Isla, área cercana de las veredas Los Cauchos y Guapetón sobre la vía hacia Miraflores, están causando una fuerte contaminación, no solo por los efectos del mal procedimiento a los desechos, sino a los lixiviados que ya están amenazando fuertemente a una quebrada cercana que desemboca en el río Suaza. A pesar que en el municipio de Garzón funciona la planta de tratamiento de residuos sólidos, con esfuerzo de los ocho municipios del área centro, Guadalupe se apartó del sistema y mantiene independiente el plan de tratamiento, el cual colapsó. No hay disposición de residuos a cielo abierto, pues aunque existe una celda con geomenbrana, no se nota un trabajo de compactación, ni hay control ambiental como lo exigen las normas. LA NACIÓN constató y no se evidencian las chimeneas para la evacuación de gases que evitan perjuicios a la comunidad. La otra amenaza que es indiscutible es la corriente de lixiviados sin ningún control hacia fuentes hídricas, cercanas a los principales afluentes, no hay rebombeo como se debe tener en procesos calificados. De las 120 toneladas de basura que entran allí, el 80 por ciento son residuos orgánicos que son los que más contaminan por la descomposición rápida, el resto son inorgánicos. En La Isla no hay maquinaria especializada con equipos necesarios para el funcionamiento de una planta de esta naturaleza, por lo que las instalaciones están inadecuadas y la rampa de disposición se encuentra dañada, lo que requiere una respuesta por parte de las autoridades. Hay presencia y proliferación de vectores, roedores y aves de rapiña. En el basurero es fácil ver caballos y vacas. Las comunidades vecinas denunciaron malos olores que los afectan de manera permanente. Al parecer, los trabajadores no usan los elementos de seguridad requeridos, situación que los expone a graves contagios y enfermedades. El alcalde Charles Barrera recientemente le manifestó a la gobernadora Cielo González Villa, en socialización de su Plan de Desarrollo, sobre la necesidad de fortalecer económicamente este sistema, pero indica el mismo mandatario que no hay un estudio para saber si es viable sostener un botadero a cielo abierto o relleno cuando no se tienen las especificaciones técnicas, mientras que la comunidad ha enviado comunicados a Biorgánicos del Centro y también a la Procuraduría Agraria y Ambiental del Huila, para haber si adoptan los planes de contingencia o correctivos necesarios.