La Nación
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Hacia la asociación estratégica. Por Carlos Holmes Trujillo

Después de varios años de expectativas y de intenso trabajo, en el 2012 concluirán los procedimientos que permitirán la entrada en vigor del acuerdo comercial con la Unión Europea.  Si no se presenta ningún inconveniente de última hora, es de esperar que el Parlamento Europeo se pronuncie a favor de dicho convenio durante el primer semestre del año que empieza, abriendo así camino a su aplicación. Cuando tal cosa suceda, daremos uno de los pasos más importantes en la historia de las relaciones internacionales de Colombia.  Una vez quede aprobado el nuevo marco comercial con Europa, habremos superado la época de los beneficios arancelarios que nuestro país ha recibido unilateralmente, inciertos ellos por naturaleza. Como consecuencia de la consolidación de esas preferencias, la estabilidad y la previsibilidad que tendrán las reglas de juego acordadas facilitarán las apuestas de mediano y largo plazo que hagan nuestros empresarios, además de que se convertirán en un estímulo adicional a la inversión proveniente de los miembros de la Unión Europea. Desde el punto de vista político, nuestros vínculos con los 27 adquirirán un nivel de madurez que estimulará el diálogo en todos los niveles, facilitará la concertación de posiciones en el ámbito multilateral y hará más expedita la solución de las diferencias que se presenten. A partir de ese momento, los instrumentos para el desarrollo futuro de nuestras relaciones con Europa incluirán: el acuerdo de diálogo político y de cooperación que suscribimos como integrantes de la CAN, el mecanismo en materia de derechos humanos, el memorando de entendimiento para adelantar consultas regulares al más alto nivel y, por supuesto, el acuerdo comercial.  Tendremos, entonces, una estructura institucional tan sólida, que nos permitirá continuar ampliando nuestra agenda bilateral con temas tales como la infraestructura y el desarrollo científico y tecnológico, para mencionar algunos, y plantear un nuevo objetivo. Si se me preguntara cuál debe ser, contestaría sin vacilación alguna –convencido como estoy de que la Unión Europea saldrá fortalecida de la crisis que hoy padece– que la asociación estratégica. En el caso de nuestra región dicha asociación existe con Brasil y México, en tanto que Chile desea un entendimiento para el desarrollo.  Colombia debe prepararse para dar el nuevo paso sin demora.  La lucha contra el problema mundial de la droga, el mejoramiento de la economía internacional, el fortalecimiento de la democracia, la defensa, promoción y protección de los derechos humanos, la batalla contra el terrorismo y la criminalidad organizada, la superación de la pobreza, la defensa del medio ambiente, las acciones para hacer frente a las consecuencias del cambio climático, entre otros aspectos, son retos comunes que demandan acciones globales y concertación. Como en todos esos temas, el trabajo conjunto de Colombia y Europa es esencial para lograr avances y beneficios recíprocos, nada mejor que reconocer a la mayor brevedad el carácter estratégico de una asociación más estrecha, franca y constructiva. (Portafolio)