La Nación
Héroes anónimos que devela la cuarentena 5 25 abril, 2024
HUILA

Héroes anónimos que devela la cuarentena

Aunque señalados, atacados y poco valorados por algunos, los policías, médicos, personal de aseo y repartidores de periódicos, aportan desde sus roles para que mientras usted está en casa, se le garanticen elementos para su mínimo vital.

 

La cuarentena ha develado una serie de héroes anónimos que acuden todos los días a las calles de Neiva para continuar ejerciendo su trabajo. Ha habido dificultades, hay temor, pero también bonanza en corresponsabilidad para ayudar a superar la emergencia sanitaria.

“Hemos tenido asonadas”

Héroes anónimos que devela la cuarentena 11 25 abril, 2024

Relata el Teniente Coronel Héctor Ruiz Arias, Comandante Operativo de la Policía Metropolitana de Neiva, que desarrollar la labor durante estos días de cuarentena ha sido bastante dispendioso. Manifiesta, con sentimientos encontrados, que se nota bastante irracionalidad en las personas, “falta de cohesión humana, que no tienen respeto hacia ellos mismos ni hacia los demás y eso genera frustración, angustia, porque uno quisiera ir más allá para que entendieran que esto es un compromiso de todos los que hacemos parte de este planeta”.

Tiene a su mando más de 800 personas, entre hombres y mujeres, ha copado todas las capacidades de personal y han velado por el bienestar de la ciudadanía las 24 horas del día, con puestos de control en barrios y calles.

Y aunque frente al número de población el pie de fuerza es insuficiente, “hemos logrado mantener el control, sostenernos, pero hemos tenido situaciones complejas, porque hay personas inconscientes e irresponsables que no entienden la magnitud de lo que está sucediendo en el mundo y en Colombia”.

Se ha dado que las comunidades se vuelcan contra la autoridad. “Nos han hecho asonadas, el viernes en la mañana atacaron a nuestros funcionarios en el momento en que se iban a aplicar correctivos, a tal punto que debimos intervenir con el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), y hubo dos capturados”.

Agregó que el irrespeto, indisciplina e irracionalidad, muchas veces bajo los efectos del alcohol, ha sido un mal de todos los días. El servicio policial es permanente, la contención y control en las calles se realiza, además, bajo el riesgo de contraer la enfermedad, como ya ha sucedido con otros miembros de la fuerza pública, por ello “nuestros hombres están portando los elementos de bioseguridad para poderse proteger, siguen los protocolos de higiene y la distancia prudencial”, aseguró.

En su aspecto personal, el Coronel Ruíz digiere la emergencia sanitaria con precaución y ha optado por el diálogo. En ese sentido, las estrategias que se han trazado van ligadas a la  pedagogía, también es consciente de que apenas está iniciando el tiempo de aislamiento y que se deben preparar, lamentablemente, para más ataques, por ende, ya han identificado las zonas más sensibles donde se debe intervenir constantemente para contribuir con la contención del virus.

 “Tengo miedo, pero sé que es una responsabilidad”

Héroes anónimos que devela la cuarentena 12 25 abril, 2024

Con asombro de apreciar las calles vacías, Jhon Jaider Sosa continúa en medio de la cuarentena recolectando las basuras de todos los neivanos en los mismos horarios y por las mismas rutas, aún sabiendo que su trabajo es de los más peligrosos, pero necesarios.

“Es raro ver que solo estamos nosotros, los policías, gente de domicilio y gente de salud. No se ve ni un perro ni un gato, es sorprendente, da miedo pero es una responsabilidad. Nosotros hacemos una gran labor recogiendo las basuras, sino lo hiciéramos se propagarían más enfermedades a parte del coronavirus que ya estamos viviendo. Ya la empresa nos ha dado buenos instrumentos para cuidarnos y a nuestras familias”, dice.

Por las calles algunas de las personas que se encuentran les miran y se alejan, “tal vez para cuidarse”, piensa. Ahora, además, ha percibido que la gente es más temeraria a darles las bolsas con los desechos, “se cuidan de nosotros, nos rechazan un poco, no les gusta que les recibamos las bolsas ya que nosotros manipulamos residuos de muchas partes de la ciudad, pero yo lo tomo normal, no creo que sea por discriminarnos…”.

Reside en una invasión desde hace tres años, igual cantidad de tiempo que labora en Ciudad Limpia. Para Sosa su trabajo siempre ha sido normal y aunque su familia se preocupa por su bienestar, él les asegura que “gracias a Dios tenemos muchos medios de comunicación que nos han explicado cómo protegernos”. Él sigue esos consejos.

En cuanto llega a casa lo primero es desinfectarse, lavar su uniforme y ducharse, pero eso lo ha venido haciendo desde siempre, aunque con la emergencia sanitaria actual, ha aumentado su nivel de protección.

Tiene una compañera sentimental con la que vive desde hace años. Ella, vendedora informal de café, no ha podido trabajar en estos días, por lo que el empleo de Sosa es el único que les garantiza el sustento durante este tiempo de pandemia. “Nos han dicho que a ella le van a ayudar con un mercado o un monto económico, hasta ahora solo se ha comunicado con notros el presidente de la Junta de Acción Comunal del barrio, él le tomó los datos”, contó.

Sosa, se levanta a las cuatro de la maña y comienza a trabajar a las cinco. En lo que lleva con este empleo, nunca se ha enfermado, por eso espera salir bien librado de la actual coyuntura para seguir velando por el bienestar de su hija de cinco años.

“No tenemos las condiciones de bioseguridad”

Héroes anónimos que devela la cuarentena 13 25 abril, 2024

Diego Fernando González, presidente del Colegio Médico del Huila, siempre se ha sentido a gusto manejando emergencias y durante toda su carrera ha estado dedicado a prepararse para este tipo de escenarios. Sin embargo, frente a la actual pandemia “por todas las deficiencias del Estado y del sistema de salud, habrán falencias y hay cosas que se nos salen de las manos”, señala.

En días pasados se reportaron agresiones contra personal médico, y varias enfermeras han manifestado que se sienten estigmatizadas. González, en su caso particular, asegura que no ha padecido de esas situaciones. “Hace días tuvimos un paciente pediátrico con síntomas de covid-19 y lo tuvimos que llevar en ambulancia hasta su casa con todo el protocolo. Era un sector marginal de la ciudad y realmente tuvimos miedo de que las personas al vernos fueran a responder como ya lo hicieron en otras partes del país, pero no, fue algo muy tranquilo”.

Según el relato del profesional, el temor más recurrente frente a esta enfermedad altamente contagiosa es la falta de elementos. Por ello urgen a los administradores de los centros hospitalarios que garanticen los insumos necesarios de bioseguridad para lograr una atención óptima a los pacientes, y mayor protección de la salud de los empleados y sus familias.

“El hospital Universitario de Neiva Hernando Moncalenano Perdomo y la ESE Carmen Emilia Ospina han implementado estrategias de contingencia. El hospital la tiene muy clara, hay que reconocerlo, le están brindando medidas para médicos y enfermeros; la ESE también lo está haciendo, pero se han presentado problemas porque hay escasez en los elementos”.

Para la red privada las condiciones son distintas. Desde las clínicas son constantes las quejas frente a la carencia de herramientas. “Aun así, somos conscientes de la responsabilidad que tenemos como personas y profesionales”.

“Sabemos que la mortalidad está en una población particular, pero de todas formas somos contagiantes, si atendemos un paciente y no tenemos las condiciones de bioseguridad, muy posiblemente nos contagiemos y nos podríamos convertir en una puerta de salida a toda esa contingencia que se le quiere hacer al virus”.

Pocos cambios en una jornada poco habitual

Héroes anónimos que devela la cuarentena 14 25 abril, 2024

Cuando la mayoría de neivanos se dispone a dormir, los repartidores de periódicos apenas están comenzando su jornada laboral, en silencio, con prudencia y con el poder de la información en sus manos.

Jairo Alonso Rivera Mejía es de los que trabajan de noche y duermen de día. Regresa de repartir los periódicos por toda la ciudad cuando el sol apenas comienza a asomarse, entre las 5:00 a.m. y 5:30 a.m., pero debe realizar otras tareas personales en su casa y termina su jornada a las 10:00 a.m.; duerme y eso mismo lo replica seis días por semana.

La rutina comienza nuevamente sobre las 3:00 p.m. o 4:00 p.m., comparte con su familia y entre las 9:00 p.m. y 10:00 p.m. hace una siesta, para luego comenzar a trabajar en LA NACIÓN  a las 11:00 p.m.

“Yo le hago los descansos a todos los que tienen rutas fijas, prácticamente recorro toda la ciudad. Estos días no hemos tenido ningún inconveniente, los policías no más al mirar el periódico nos dejan seguir, además vamos muy bien identificados y hemos tratado de acatar las recomendaciones, usar el tapabocas”, dijo.

Contrario a los demás colombianos, los cambios en su jornada han sido minúsculos, los que se han dado han sido en su mayoría nuevos puntos de entrega pues muchas empresas cerraron sus puertas por la cuarentena, así que los periódicos están siendo entregados en los apartamentos.

En medio de todo lo que sucede y por lo que ve en las calles mientras lleva su moto repleta de ejemplares, su conclusión es que hace falta más responsabilidad. “Yo creo que esto tiende es a complicarse más porque hay mucha gente que cree que esto es recocha, no sé si es que no ven lo que está pasando en otras partes como Italia y España, pero a mí por lo menos me da miedo. He tratado se seguir las recomendaciones y aparte de ir a trabajar no salgo más”.