La Nación
Hoy más que nunca 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS

Hoy más que nunca

Marco Fidel Rocha Rodríguez

Ante la avalancha de información sobre quienes ganan o pierden en los sondeos de opinión, es el momento para que todos y cada uno de los colombianos hagamos una seria reflexión sobre quiénes son los más competentes para conformar el Congreso de la República y quienes serían los mejores candidatos para gobernar un país con serias dificultades económicas y con compromisos serios que al día de hoy no podemos olvidar.

Debemos hacer un alto en el camino y no pensar en que partidos deben ganar, si es que existen, lo que si nos deben importar son las calidades éticas, morales y de conocimientos que deben tener quienes aspiran a estos altos cargos. Ya son muchos los años en que los engaños por parte de los “promeseros” en época de elecciones han ganado y las desilusiones han sido grandes; la imagen negativa del Congreso de la Republica dice mucho de quienes han ocupado estos cargos.

Volver a votar por los colores de un partido ya que sus ideales y principios filosóficos no importan y se desconocen es algo que nos debe obligar a entender que necesitamos personas cumplidoras de sus promesas, con capacidad de liderazgo, con conocimientos suficientes y amplios para concebir y elaborar las leyes que tanto necesitamos y hoy en día añoramos.

Si queremos un país con justicia, con educación de alta calidad, con garantías para la ciudadanía en general, con vocación de desarrollo, con oportunidades para todos los ciudadanos sin distingo de clases, un país que respeta, quiere y admira a sus niños, un país comprometido con la dignidad de la mujer, un país seguro y un país con vías dignas para que transiten con seguridad los ciudadanos y en fin otras muchas aspiraciones a las que tenemos derecho.

Debemos pensar seriamente en quienes son los ciudadanos competentes para desempeñar los cargos de Presidente, Vicepresidente, Senadores y Representantes, cuerpos de los cuales nos debemos sentir orgullosos no por su matrícula partidista sino por su desempeño como los más transparentes, independientes y competentes.

Si miramos por nuestro retrovisor los votos a quienes hemos otorgado las distinciones en el pasado, no han sido los mejores y por eso el desprestigio de muchos de ellos es incalificable. Consecuencia de esta mala elección es que nuestro desarrollo social no se ha logrado alcanzar las metas que nos han prometido y en el campo económico la desigualdad cada día es mayor y las oportunidades de ascenso en la escala social solo han quedado para unos pocos y la gran mayoría se ha contentado con sobrevivir.

Es por esto, que me atrevo a proponer que nos olvidemos de los partidos y como nunca, ahora sí, pensemos en los más competentes; ojalá sin el poder de compra que han tenido los elegidos en el pasado nosotros podamos decir con orgullo que nuestros votos no están a la venta sino al servicio de LA GRAN COLOMBIA.