La Nación
Huila energético y enérgico 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Huila energético y enérgico

Luis Enrique Dussán López

Desde hace varias décadas identificamos la generación de energía como una de nuestras principales apuestas productivas, junto con agro, turismo, piscicultura, hidrocarburos y minería. Sin embargo, la experiencia nos ha demostrado, como es propio de los modelos extractivistas, que si estos proyectos no se desarrollan de manera adecuada, terminan enriqueciendo empresas foráneas y quedándonos con los impactos negativos en lo ambiental y socioeconómico, que no se compensan con algunos recursos y compromisos incumplidos. Cuando con el Quimbo, insistimos en la tarifa diferencial de energía, el uso multipropósito, la participación del departamento en el proyecto y las compensaciones, no era porque si, y hoy vemos los resultados.

En el ajuste hecho a la Agenda de Competitividad del Huila, se da un importante paso al cambiar la apuesta productiva energética, pasando de las centrales hidroeléctricas a una “matriz energética diversificada e integrada por PCH’s (pequeñas centrales hidroeléctricas), energía solar y biomasa, priorizando las Fuentes No Convencionales de Energías Renovables – FNCER”. Lo anterior en el marco de la Ley 1715 de 2014 (en la que participé), por la cual se regula la integración de las energías renovables no convencionales al Sistema Energético Nacional, promueve el aprovechamiento de estas fuentes de energía y fomenta la inversión, investigación y desarrollo de tecnologías limpias para producción y eficiencia energéticas.

En cuanto a la energía solar, el Huila, dada su exposición, tiene un importante potencial para desarrollar su generación; cada día con mayor avance tecnológico, viabilidad financiera y prácticamente sin impactos negativos al medio ambiente ni a las comunidades. Así mismo, en biomasa, tenemos potencial a partir de los residuos agroindustriales de la caña panelera, la cascarilla de arroz y la pulpa del café; sin descartar los desarrollos forestales y proyectos agropecuarios para producir biocombustibles y energía a partir de palma, sorgo, higuerilla, etc. Y referente a las pequeñas centrales, que no son represas y que buscan aprovechar el potencial energético que tenemos por encima de otras regiones, primero debemos examinar a profundidad el impacto que pudieran causar; y de ser viables, tener siempre por encima el uso del agua para consumo humano y agropecuario, en el marco de su manejo integral.

Toda esta energía debe ser inspiración para asumir posiciones enérgicas a la hora de las exigencias a la Nación y de hacer valer nuestra autonomía territorial en el tema de la Electrificadora y las tarifas, sobre lo cual me referiré en próxima columna.