La Comisión Interamericana de Derechos Humanos lamentó que ni el confinamiento por la pandemia del COVID-19 influyó positivamente en los indicadores de seguimiento sobre la violencia contra defensores de derechos humanos en 2020.
El órgano internacional observó que la mayoría de los asesinatos registrados en el año se concentraron en los departamentos de: Antioquia, Cauca, Chocó, Huila, Norte de Santander, Córdoba, Nariño y Putumayo, territorios que de manera histórica se vieron afectados por el conflicto armado y que el Estado ha identificado como “Zonas de Riesgo”. Rechazó los índices de violencia que sufrieron los defensores de derechos humanos el año pasado en Colombia y que se continúan en 2021, señalando el aumento sostenido de los asesinatos perpetrados contra ellos; 108 en 2019 y 120 en 2020 según la oficina de la Alta Comisionada para los Derechos Humanos en Colombia.
Señalaron que es preocupante que ni el aislamiento producido por la emergencia sanitaria frenó la violencia contra los líderes comunitarios, “Muchos de los asesinatos registrados durante este período habrían ocurrido mientras las víctimas cumplían con las medidas de aislamiento decretadas por el Gobierno Nacional para hacer frente a la pandemia por el COVID-19”, indicaron.
La Comisión también criticó el escenario a su juicio impune que viven los asesinatos de defensores de derechos humanos. Expresaron que, según cifras de la ONU y la Fiscalía, 421 líderes sociales fueron ultimados luego de la firma del acuerdo de paz, y solamente hay 65 condenas por esos crímenes.
“Aún persisten desafíos para reducir la impunidad sobre estos crímenes, así como respecto de otros delitos cometidos en su contra, en particular en el juzgamiento y sanción de los responsables. La CIDH insta al Estado a reforzar sus capacidades frente al alto número de casos que se encuentran pendientes por resolver”, señala la CIDH.