Se ha vuelto a poner de moda volarse de La Tierra, dizque porque el agua se acaba, el cambio climático agobia cada vez más, los mares convertidos en cloacas, los polos y glaciares serán historia y todo tipo de animales, vegetales y el hombre mismo se encuentran ante la extinción irreversible.
Entonces se plantea como solución huir de este planeta comenzando por migrar primero a la Luna, un cuerpo espacial que cabe 50 veces en La Tierra, a una distancia promedio en línea recta de 384.400 kilómetros, pero que para llegar se necesitan cinco días y medio para encontrarse con una atmósfera casi sin oxígeno y temperaturas que oscilan de manera drástica entre los infernales110º y los devastadoramente gélidos -170º y donde sin el sofisticado traje espacial un humano no aguantaría diez segundos porque la falta de presión atmosférica causaría que los fluidos del cuerpo, como la sangre y la saliva, hierban y se evaporen instantáneamente causando la muerte también instantánea, según Stefaan de Mey, oficial superior de la Agencia Espacial Europea en un reciente artículo publicado en Live Science.
Y luego… a Marte a 55 millones de kilómetros viajando aproximadamente 450 días, donde el humano no aguantaría temperaturas nocturnas promedio de -65º y un oxígeno muy por debajo de 01% necesario para respirar.
En la NASA, opinan que Marte podría ser habitable pero si se crea artificialmente un campo magnético para evitar el altísimo impacto radiactivo, los huracanados vientos solares y la mitad de la gravedad en la Tierra, que genera pérdida del 2% de la densidad mineral ósea cada mes y problemas cardiovasculares.
Pero hay más. Sin el traje espacial duraríamos vivos 80 segundos porque el 95% de la atmósfera es dióxido de carbono.
Un viaje de tanta duración conlleva consumo energético, provisiones, exposición prolongada a condiciones hostiles como la radiación cósmica y solar con el consiguiente aumento del riesgo cancerígeno, daños al sistema nervioso y enfermedades degenerativas. Amén del aislamiento en un entorno cerrado que podría afectar la salud mental de los viajeros. Pero una vez allá, falta el agua, la construcción de clínicas y centros de emergencias, producción de alimentos, etc.
Otro detalle, no se puede viajar sin que las posiciones de los planetas y otras condiciones meteorológicas lo permitan.
Aquí teniendo todo, nos damos el lujo de masacrar irresponsablemente el planeta y tirarnos centenares de miles de millones en guerras, destrucción, envenenamiento, deforestación, contaminación, etc.
Una última reflexión: Como para el espacio no salen buses ni aviones cada diez minutos, ¿quiénes y cuántos de los nueve o diez mil millones de terrícolas podrían huir? Ni siquiera todos los responsables del basurero que por décadas vienen y siguen promoviendo y usufructuado la debacle ambiental.