Diferente a como lo esperaba, Amparo Andrade, víctima mortal de delincuentes que por arrebatar su bolso la hicieron caer de la motocicleta en la que se desplazaba junto a su hija y nieta Diferente a como lo esperaba, Amparo Andrade, víctima mortal de delincuentes que por arrebatar su bolso la hicieron caer de la motocicleta en la que se desplazaba junto a su hija y nieta, este año celebró su cumpleaños número 47 en la paz del Señor. Sus honras fúnebres se cumplieron ayer con un masivo acompañamiento CAROLINA AMÉZQUITA CASTRO LA NACIÓN, NEIVA Con una amplia y significativa enseñanza, familiares, amigos y conocidos despidieron a Amparo Andrade, empelada de Fenalco que perdió la vida un día después de recibir fuertes golpes en la cabeza a causa de una caída en moto, provocada por delincuentes que hurtaron su bolso cuando se dirigía a su residencia en compañía de si hija y nieta. Un día después de su cumpleaños número 47, el cual había expresado que celebraría con los amigos más cercanos, 
como acostumbrara, Andrade tuvo un gran festejo en el cielo. Su inesperada partida deja un inmenso vacío en sus cinco hijos, que hoy exigen justicia por la muerte de su progenitora. La ceremonia fue realizada a las 10:00 a.m. en la Iglesia Plenitud de la Cruzada Cristiana, a donde asistía la mujer en compañía de sus hijos. Allí se congregaron cientos de personas que sin importar la religión escucharon atentos la palabra de Dios. Posteriormente el féretro fue trasladado hasta el Cementerio Central de Neiva, hasta donde los despojos mortales de la mujer fueron escoltados por una hilera de buses, carros, y motocicletas con allegados que querían darle el último adiós. 
En medio del llanto y desgarradoras expresiones de dolor, los cinco hijos de la mujer observaron y se aferraron al cuerpo sin vida de su progenitora por última vez. Triste rencuentro Antes de lo esperado, María Oliva, progenitora de la víctima y quien reside desde hace 17 años en Suiza, debió viajar a Colombia para despedir a su hija. Según allegados a la familia, la mujer no pisaba tierras colombianas desde hace 17 años, cuando empezó una nueva vida con un europeo, sin embargo, mantenía contacto permanente con su hija y nietos. “Tenía programado viajar a visitarlo en diciembre, para pasar las festividades con ellos, pero le tocó adelantar el viaje”. El destino impidió que cumpliera sus planes y que las condiciones del rencuentro fueran otras. Precisamente la demora de las exequias obedeció a la espera de la progenitora, quien viajó durante dos días para rencontrarse con los suyos y darle cristiana sepultura a su preciada hija. El hurto (Recuadro) El hecho delictivo que generó graves traumas en la cabeza de la mujer, se registró el pasado lunes a las 6:30 p.m. cuando se dirigía a su residencia ubicada en el barrio Villa del Río en compañía de su hija y una nieta de dos años de edad. Desde hace seis años aproximadamente, Amparo Andrade se desempeñaba como empleada de servicios generales en la Federación Nacional de Comerciantes (Fenalco-Huila). Según allegados, el día de los hechos una compañera de labores se ofreció a llevarla hasta su casa en la moto, sin embargo, ella prefirió esperar a su hija Carol Suárez Andrade y a su nieta, quienes habitualmente la recogían en la oficina. Inesperadamente y mientras avanzaban cuidadosamente en su motocicleta Vivax-115 por la Avenida Circunvalar con Calle 21, dos hombres que se transportaban en una motocicleta Suzuki RX-115 sin placa, interceptaron a las mujeres haciéndoles perder el equilibrio y caer contra el suelo. Los delincuentes que también cayeron al suelo, se llevaron la cartera de la humilde mujer que sólo contenía sus documentos personales. En la huida dejaron abandonados un casco y un tenis. Las mujeres fueron trasladas inmediatamente a la Clínica de Fracturas y Ortopedias de Neiva. Allí fue dada de alta la pequeña de dos años, quien milagrosamente resultó ilesa y Amparo fue remitida al Hospital Universitario de Neiva, donde posteriormente falleció. Fotos Oscar Roldan
