Hizo bien el Gobierno Nacional en sancionar a los responsables del escandaloso suceso ocurrido en la Escuela de la Policía Simón Bolívar de Tuluá, Valle del Cauca, en la que se hizo la apología al nazismo.
Evidentemente, el hecho dejó muy mal parada a la Policía Nacional porque generó un repudio no sólo nacional sino internacional y expuso a la institución a toda clase de burlas y críticas.
Todo se derivó de una jornada pedagógica al interior de esa Escuela en la que alumnos se disfrazaron de nazis con el ánimo de rendir homenaje a Alemania. En las imágenes, que le dieron la vuelta al mundo, se podían ver uniformados con la esvástica en el brazo, un policía disfrazado de Adolf Hitler, la maqueta de un avión militar de la época, banderas alemanas y globos negros, rojos y amarillos por todas partes.
Con toda razón, las embajadas de Israel y Alemania expresaron en un comunicado su “total rechazo” y pidieron sanciones para los responsables. “Eventos como este son indignantes y ofenden de manera directa no solo a los judíos, sino también a todas las víctimas del régimen nazi y sus criminales”, señalaron en un escrito conjunto.
El mismo día en que estalló el escándalo el presidente de la República, Iván Duque, debió salir a decir: “Cualquier apología al nazismo es inaceptable y condeno toda manifestación que haga uso o referencia a símbolos alusivos a quienes fueron responsables del holocausto judío que cobró la vida de más de 6 millones de personas. El antisemitismo no tiene cabida en el mundo”.
Fue un mensaje contundente de parte del presidente Duque, que llegó acompañado el viernes con la salida de la institución de varios oficiales de la Policía responsables del repudiable acto de apología al nazismo.