Indignados y chuzados

Transparencia Internacional acaba de publicar el estudio anual, sobre la corrupción en el mundo. En Colombia ha aumentado la corrupción, pero los ciudadanos están cada vez más prestos para denunciar, utilizar las redes sociales y organizar protestas pacíficas que generalmente terminan en disturbios. El Barómetro Global de la corrupción 2013, revela que el 58% de los colombianos considera que la corrupción en el país ha aumentado en los 2 últimos años y un 29% que se ha mantenido igual. Es decir, el 87% de los colombianos viven en un país corrupto donde las políticas estatales no han logrado disminuir el delito. La corrupción es un problema mundial, y en América Latina encabezan la lista: Argentina, Venezuela, México, Paraguay, Colombia y Brasil. Como ocurrió en años anteriores, los partidos políticos, y en especial el Congreso, son consideradas las instituciones más corruptas en Colombia, seguidos por los servidores públicos, el sistema judicial, los servicios médicos y la Policía. 
Todo esto de la corrupción en el sector público y privado es muy preocupante; pero también es grave que el carismático y demócrata de tiempo completo Barack Obama presidente de los Estados Unidos, le esté jalando a las “chuzadas”. La Agencia Nacional de Inteligencia NSA, de EE.UU., realiza interceptaciones a nivel mundial, según sus intereses geopolíticos y comerciales, como lo reveló el ex agente de la NSA Edward Snowden; y Colombia no es la excepción. Lo grave de todo esto es que la información interceptada termina en manos de chantajistas, abusadores, como en el caso de las chuzadas del DAS, para desestabilizar la oposición y abusar del poder, como ocurrió con el ex presidente Álvaro Uribe, “El Gran Colombiano”. Ya lo dijo Benjamín Franklin, “quienes sacrifican la libertad por la seguridad, no se merecen ninguna de las dos”.
Desde hace 50 años el verdadero “Gran Colombiano” es el abnegado y sacrificado campesino colombiano, que le ha tocado luchar contra la violencia guerrillera, paramilitar y bandas criminales, el reclutamiento de sus hijos e hijas menores de edad, el desplazamiento, el secuestro, el despojo de sus tierras, el TLC, los caminos de herradura, la pobreza y el olvido. Este gran colombiano hoy está en crisis. A los campesinos se les cayó el cacao y las papas, los cafeteros no tienen para la panela y los paneleros no tienen para el café, los lecheros están mamando, no les compran la leche. A estos campesinos hay que tratarlos como si fueran de la DEA, pronto y eficazmente. Las Farc, el Eln y las “Bacrim”, están pescando en rio revuelto y están sacando provecho del abandono histórico del Catatumbo, donde impera el narcotráfico y sus consecuencias.