La Nación
Infamias del poder 1 20 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Infamias del poder

El comentario de Elías

Jorge Guebely

 

Infame perversidad del poder: inventar permanentemente enemigos monstruosos para dominar, para imperar. Para perpetuarse políticamente, aglutinar feligreses religiosamente, masificar copartidarios electoralmente, aterrorizar ciudadanos psicológicamente, alienar turbas enteras sociológicamente… Para degradar más lo humano del ser humano.

Invenciones psicópatas de creadores lunáticos. Crearon el Diablo para consolidar el poder de Dios en la tierra, el infierno para pecadores, el Santo Oficio para torturar librepensadores, la contra-reforma para aniquilar protestantes… El hombre civilizado inventó al indio antropófago y la civilización ideó la barbarie. Cadena oprobiosa de monstruosidades, infausta estrategia del maniático poder.

Pavoroso siglo xx poblado de monstruos brutales. Osciló entre aterradores leviatanes. Entre el totalitarismo de los países del Eje y la plutocracia liberal en los de la Alianza, origen de dos guerras mundiales. Entre el espantoso comunismo y el horrendo capitalismo voraz, origen de la Guerra Fría. Horrorosas banderas, ideologías pobladas de colmillos, inhumanas por acción y concepción. Millones de inocentes aniquilados, descuartizados en campos de batalla, asados en hornos crematorios, todo por el éxito económico de las elites.

Hoy, sin la Guerra Fría; Colombia, la nuestra; tan conservadora como siempre, conserva los viejos engendros. Monstruos que degradan a los colombianos: el castro-chavismo y las guerrillas comunistas, las disidencias de las FARC y el persistente ELN, las mutaciones paramilitares y las bandas narcotraficantes, las manzanas podridas del ejército y las de la policía… Menú exquisito y variado para mentes criminales, para Colombia que conserva su rabo en el siglo xix y xx.

Conserva la plutocracia nacional con su democracia corrompida. Conserva un liderazgo decimonónico: “El gran colombiano”, el “Dios es Uribe”, como lo llaman sus idólatras. Sólo en sus dos mandatos sucedieron 967 masacres, 50 mil desaparecidos, 4.000 homicidios, 3500 torturados. Abundaron las ejecuciones extrajudiciales, matazón de menores, jóvenes y discapacitados, disfrazados de militar.

Hoy como antes, persiste la embriaguez con la sangre de víctimas para sembrar terror, imponer poder, en un Estado débil, ausente, completamente contaminado de sida.

Como ayer, la monstruosidad recorre el país, pululan asesinatos de líderes sociales, se multiplican las masacres. El ejército revive los falsos positivos, la policía asesina estudiantes y quema jóvenes. Persisten los monstruos del poder

Monstruos mentales, monstruos armados, monstruos asesinos. Creaciones de mentes criminales. No son tan criminales quienes asesinan en nombre de esas banderas como las mentes que las inventan, según Hannah Arendt. Para ella, estúpido era Eichmann, Hitler era el verdadero monstruo. Sin embargo: “El mundo no está en peligro por las malas personas sino por aquellas que permiten la maldad”, afirmaba lúcidamente Albert Einstein.

jguebelyo@gmail.com