Julio Enrique Ortiz Cuenca
Después de firmados los acuerdos de paz creció la delincuencia común en campos y ciudades especialmente en estas últimas, y se aumentaron los cultivos de coca y el microtráfico.
La crisis y el terror que padecen las comunidades de Tumaco, Tibú en el Catatumbo y San Vicente del Caguán en el Caquetá, parece expandirse por el territorio nacional especialmente en las regiones donde Las FARC ejercían autoridad , legislaban , aplicaban justicia con la llamada ley del monte , extorsionaban y cobraban los llamados impuestos de guerra.
Desmovilizados más del 80 % de los integrantes de las FARC y entregadas las armas se tenía la esperanza que las fuerzas militares con más de 500.000 efectivos sometieran a los disidentes, delincuencia común y demás grupos subversivos.
En algunas zonas de los 281 municipios donde operaban las FARC se restableció la seguridad, se pudo transitar, restablecer la inversión y el trabajo en las zonas rurales; pero en otras regiones victimas del conflicto el gobierno continuo ausente, fracaso en su responsabilidad de hacer presencia, incapacidad que ha sido aprovechada por grupos al margen de ley como el ELN, el clan del golfo, el carteles de narcotráfico nacionales y extranjeros como los mexicanos, las disidencia de las FARC comandadas por alias “Guacho” en la frontera con Ecuador, las bacrin y otros grupos delincuenciales.
Paradójicamente en algunas regiones revictimizadas por la violencia de nuevos grupos delincuenciales, consideran que las guerrillas de las FARC eran un mal menor, con las cuales tuvieron que aprender a convivir para sobrevivir por más de 60 años.
Ante este panorama de zozobra que se vive en algunas regiones, y el auge del narcotráfico y la delincuencia común, el Estado pareciera no tener capacidad de respuesta, agravados con la incertidumbre por la violencia desatada en forma sistemática contra dirigentes campesinos y líderes sociales.
Aspiramos que las reformas a los acuerdos de paz, anunciados por el nuevo gobierno, garanticen el anhelo y la esperanza de paz del pueblo colombiano , y no terminen restableciendo e intensificando el conflicto y la confrontación armada. Julioenriqueortiz@yahoo.com
ADENDA: En el país de la realidad mágica, el jefe de la extrema derecha expresidente Uribe amenaza con retirarse del Congreso porque no cree en la imparcialidad de la Corte Suprema de Justicia; e Iván Márquez jefe de las FARC y de extrema izquierda renuncia como senador porque no cree en las garantías del nuevo gobierno .