La Nación
Insolidaridad y vandalismo: grave mensaje 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

Insolidaridad y vandalismo: grave mensaje

 

Germán Palomo García

Las imágenes lamentables del saqueo a un camión cisterna con más de 5.000 galones de gasolina en un corregimiento de Pueblo Viejo llamado Tasajera en la vía de Santa Marta a Barranquilla que explotó causando hasta ahora 36 personas fallecidas quemadas brutalmente y a los tres días, en un tramo cercano, en el sitio Arroyo de Piedra  el destrozo de un furgón lleno de pescado porque el conductor, que rogó que no le acabaran su único medio de sustento, no se prestó para abrir la bodega y que le saquearan la carga lo cual finalmente hicieron de una forma burda, son hechos que de ninguna manera pueden justificarse por niveles de pobreza o abandono oficial de esas comunidades. El mensaje que damos al mundo en plena pandemia de la que hoy América Latina es su foco principal, es poco menos que desastroso. Cuando la región está buscando opciones de desarrollo que tengan en cuenta una fortaleza institucional, disminuir la vulnerabilidad social y aumentar la productividad laboral y empresarial, qué pueden pensar potenciales inversionistas al ver que en Colombia ocurren cosas como las que vimos todos. Es claro que la inversión privada resulta clave en lo que se está llamando nueva normalidad por el endeudamiento público que se aumentará irremediablemente para atender los efectos de la pandemia Covid-19 y quien tiene la posibilidad de considerar al país como destino de nuevos negocios. ¿Con qué recurso humano contará cuando ve que hordas de asaltantes resultan hábiles para aprovechar una desgracia ajena? Dirán que incurro en una exageración pero no es así considerando que, en teoría, no son delincuentes de profesión sino habitantes en nivel de pobreza que están rogando porque estas desgracias ocurran con frecuencia y que, por su ubicación geográfica y su condición social, lo que allí ocurra es propiedad de ellos; y no es la primera vez que estas cosas pasan.

Otra explicación (que no justificación) de lo ocurrido viene de la corrupción rampante que existe en el país. Estos hechos son corrupción también pero no la califican así sino como un medio de vida y se explican por las obras inauguradas varias veces pero no construidas como se supo de los varios acueductos inaugurados en ese corregimiento de Tasajera, según recordó la prensa nacional.

El gobierno no puede dejar pasar estos actos vandálicos y, por el contrario, encontrar aplicaciones drásticas para que no se repitan. Desafortunadamente, la explosión del combustible seguramente aconductará  a esta comunidad pero no es posible esperar una nueva tragedia de esa magnitud para decir que aquí no pasa esto. ¡Qué pesar!