En la capital huilense, hay 112 invasiones o asentamientos ilegales, según los registros de las instituciones oficiales, que sin embargo, no se ponen de acuerdo. Hay algunas entidades que hablan de 114 y otras de 117.
Según el Plan de Desarrollo de la ciudad, Neiva “enfrenta un descontrol del crecimiento de la huella urbana generado por los múltiples asentamientos informales en la periferia de la ciudad y en cercanía de las principales rondas hídricas, con una población aproximada de 15.490 familias (de acuerdo a los censos realizados por la Secretaría de Vivienda y Hábitat), las cuales demandan un 64% en viviendas nuevas y el 36% de mejoramiento en la calidad de la vivienda, especialmente en el tema estructural”.
¿Lo leyeron bien? Son más de 15 mil familias en la capital huilense que viven en las peores condiciones bajo la mirada indiferente de las Administraciones de turno. En la mayoría de casos, los terrenos en los que están viviendo estos hogares representan evidentes riesgos.
Lo del asentamiento ‘El Chunche’, por ejemplo, es particularmente sorprendente. Al menos, 50 casuchas han sido construidas allí a orillas del río Las Ceibas y en las ‘barbas’ de la Novena Brigada del Ejército. Cada vez son más las familias que se asientan en este sector a la impávida vista de muchos neivanos que transitan a diario por la carrera 16.
Está claro que con la llegada de la pandemia, se han tornado más difíciles las condiciones de vida para estas familias sin un techo digno.
La solución debe pasar más allá de los mercados. Tal vez, la entrega de kits alimentarios para un gobernante le signifique fotos y likes en redes sociales, pero es obvio, que estas familias necesitan con urgencia ambiciosos y completos planes de intervención de índole social.
“¿Lo leyeron bien? Son más de 15 mil familias en la capital huilense que viven en las peores condiciones bajo la mirada indiferente de las Administraciones de turno”