La Nación
¿Iván el terrible, el bueno, el populista  o el que dijo Uribe? 1 23 abril, 2024
COLUMNISTAS

¿Iván el terrible, el bueno, el populista  o el que dijo Uribe?

José Joaquín Cuervo Polanía

En medio de la polarización del momento, de las expresiones acríticas y viscerales de las redes sociales, en medio de los ataques mutuos entre seguidores de los candidatos presidenciales; propongo mejor un análisis de los candidatos y su representación de los regímenes que pudieran encarnar en un eventual  escenario de gobierno. Anuncio que contra todos seremos igual de inclementes e iconoclastas.

Comencemos por Iván Duque, candidato y político que ha resultado como sacado del sombrero de un mago. Casi nadie lo conocía y resultó de una tercería alternativa para hacer frente al desgaste y la deshonra que podría representarse en Ordoñez, o Marta Lucía Ramírez. El triunfo de la idea propagandista y despersonalizada de la manipulación que se supone elegir el que diga Uribe.   Una alternativa que  podría representar una  segunda parte de la Seguridad Democrática, de la confianza inversionista y  de la fallida cohesión social. Segundas partes nunca fueron buenas, sobre todo si se siguen heredando los métodos, los odios, la persecución,  y el panoptismo del poder (vigilancia, control y corrección)

Ya podemos intuir  como sería un posible gobierno de Iván Duque. Este heredero no le va a fallar a Uribe. Santos si le fallo  (quiso hacer un gobierno más decente)    Uribe y muchos uribistas se sentirían traicionados por Iván Duque  si se le ocurre un diálogo interno y externo mucho más amable,  si trata de compensar las fallas de la seguridad democrática deshumanizada, si no propone mejor más guerra,  si deja de chuzar a la oposición, a los sindicatos y a las altas Cortes, si  la confianza inversionista no  sigue significando  a ultranza el  favorecimiento de los monopolios, Si es capaz de pensar  en los intereses nacionales en contra de TLCs inconsultos y traicioneros de la Patria, si no continúa una  explotación minera generosa para los extranjeros en detrimento  de la soberanía colombiana. Si no continúa con el slogan de trabajar, trabajar y trabajar, pero sin salud, sin dominicales, festivos, ni horas extras. Si su cohesión social  no es la recreación de nuevas redes de informantes, si no aplica sus métodos  propagandísticos, si no  aprende las técnicas de la evasión a la justicia. Si llegare a predicar que el Estado de derecho  está por encima del Estado de opinión.  Si se apartara de la despersonalización y el totalitarismo en su forma de gobernar. Si no se comprometiera en afectar  los valores, los principios, las cláusulas pétreas de una constitución liberal, garantista y de democracia deliberativa. Si no se comprometiera a entregarle de nuevo una tercera presidencia a Uribe pasando por encima de las instituciones y aprovechando el solapado neoconservadurismo  de los colombianos.