Cada vez más jóvenes huilenses quedan embarazadas a temprana edad, afectando el futuro personal y profesional de ellas misma, e incluso del país. Esta situación es uno de esos problemas sociales y de salud pública que aqueja a la sociedad mundial, nacional y local. Cada vez más jóvenes huilenses quedan embarazadas a temprana edad, afectando el futuro personal y profesional de ellas misma, e incluso del país. Esta situación es uno de esos problemas sociales y de salud pública que aqueja a la sociedad mundial, nacional y local. Tania Medina S. Anderson Hernández. LA NACION, Usco Una de cada cinco jóvenes entre los 15 y 19 años está embarazada o ya es madre, según el Ministerio de Protección Social. ¿Las políticas estatales son insuficientes?, ¿Carecen los jóvenes de la información necesaria?, ¿Cuál es el grado de responsabilidad de la escuela y la familia en esta preocupante cifra?, son las preguntas que plantea hoy Plataforma Joven. Y es que en Neiva durante el 2011, según cifras de la Secretaría de Salud Municipal, se presentaron 1.483 casos de adolescentes embarazadas. Uno de ellos es el de Leidy, joven de 16 años, quien cambió lápiz y cuaderno por biberón y pañales. Ella reside en la Comuna Seis de Neiva y cursa el grado once de bachillerato. En su cuerpo se evidencia el estado de gravidez y en su rostro la tristeza de ver alejarse un sueño: ser odontóloga. Por ello, expresa que “a pesar que no habíamos contemplado la posibilidad de tener un hijo con mi pareja, aceptamos tenerlo al quedar embarazada. Deseo convertirme en odontóloga, pero esos planes se aplazaron, por ahora”. Según Diana Rivera, coordinadora del programa Profamilia Joven, cada vez más jóvenes huilenses como Leidy quedan embarazadas a temprana edad. De acuerdo con cifras de la Encuesta Nacional de Demografía y Salud realizada en el 2010 por esta entidad, el 19% de las jóvenes en Colombia entre 15 y 19 años ha estado embarazada o ya es madre de su primer hijo, lo que indica que una de cada cinco adolescentes en el país ya ha vivido la experiencia de ser madre. Estas cifras, al contrario de lo que se puede pensar, vienen en aumento. En 1990 la cifra de adolescentes embarazadas en Colombia era del 13%, en 2005 el 21% y en el 2010 el 20%. “… esta situación afecta el desarrollo educativo de las mujeres, sus proyecciones profesionales, económicas y en algunos casos, afecta también, el buen desarrollo afectivo y nutricional de los niños, desencadenando problemas posteriores” enfatizó la ministra de Salud y Protección Social, Beatriz Londoño Soto. Sobre su experiencia, Leidy relata: “Me di cuenta que estaba embarazada al mes siguiente de haber estado con mi pareja aunque decidí ocultarlo por miedo a la reacción de mi mamá. Cuando ella se enteró, se molestó bastante pero decidió apoyarme y aunque no vivo con mi padre, él dijo que me iba a ayudar en lo que necesitara”. Ella afortunadamente cuenta con el apoyo de su familia y su compañero sentimental, con quien vive actualmente, otras jóvenes no reciben ese mismo respaldo. Medidas enfocadas a lo pedagógico En Neiva los índices de embarazo juvenil alcanzan un 23% de la población juvenil, es decir 1.483 embarazos de adolescentes. Para la Organización de las Naciones Unidas, esta cifra es alta pues supera el límite planteado en los objetivos del milenio, un 15% del grupo generacional. La Secretaría de Salud Municipal adelanta campañas teniendo en cuenta que la juventud es una población vulnerable a los embarazos no deseados y en gran medida desconoce sus derechos reproductivos o las conductas riesgosas en el campo de la sexualidad. La entidad optó por estrategias pedagógicas como la campaña de ‘educación en pares’, consistente en capacitar jóvenes para la prevención del embarazo y la generación de proyectos de vida con el fin de que compartan esta información con sus compañeros o la ‘Chiva de la Sexualidad’, en la cual mediante teatro, cuentos, juegos y videos se aborda la temática mientras se recorre la ciudad en este autóctono medio de transporte. El proyecto ‘Ámate y Cuídate’ también orientado a colegios, en el que se integraron estudiantes, docentes y padres de familia para idear planes de prevención del embarazo no deseado y las enfermedades de transmisión sexual, es otro ejemplo de la apuesta educativa de la Secretaría de Salud de Neiva, que espera disminuir las alarmantes estadísticas de embarazos en adolescentes. Preocupación nacional Durante el año 2011 en el Huila, de 15.295 madres gestantes inscritas al programa de control prenatal, 3.677, es decir el 24%, están entre los 10 y los 19 años de edad. Emma Constanza Sastoque, secretaria de Salud del Departamento, revela a Plataforma Joven de LA NACIÓN-USCO que los municipios con mayores índices de embarazos juveniles son Neiva, Garzón y Pitalito. Más que un asunto del departamento, ésta es una preocupación nacional. El presidente Juan Manuel Santos así lo expresó en el lanzamiento del programa ‘Ciudades Prósperas para Niños y Adolescentes’: “Un embarazo adolescente tiene muchas repercusiones de todo tipo, y la primera de ellas es la deserción escolar. En la mayoría de los casos, lleva a los jóvenes a dejar sus estudios para siempre, a abandonar sus sueños y a ponerse a trabajar para mantener los niños”. A ese dilema se enfrenta la joven Leidy, quien con ocho meses de embarazo ve cercana la llegada de nuevas responsabilidades que no había pensado asumir en un futuro cercano. Para ella, al menos por un tiempo, el día del estudiante dejará de ser motivo de celebración pues su festejo será reemplazado por el día de las madres. El Gobierno Nacional, con la finalidad de disminuir los casos de embarazos en adolescentes, como el de Leidy, invertirá $246 mil millones destinados a programas de salud sexual y reproductiva, educación sexual, proyectos de vida, fortalecimiento institucional y desarrollo humano encabezados por el Bienestar Familiar. La anticoncepción, puede ser la opción. Con relación a esta problemática, el Código de Infancia y Adolescencia en el artículo 46 reglamenta las obligaciones del Sistema de Salud, entre las que se incluyen: “Garantizar el acceso gratuito de los adolescentes a los servicios especializados de salud sexual y reproductiva” y “Desarrollar programas para la prevención del embarazo no deseado y la protección especializada y apoyo prioritario a las madres adolescentes”. En relación a los métodos anticonceptivos, la funcionaria de Profamilia, Diana Rivera afirma que “Lastimosamente para el hombre sólo existe el condón, la planificación tendría que realizarla la mujer” e indica que la inyección, por ser un método más económico, sencillo, seguro y discreto se ha convertido en la opción más popular entre las jóvenes. Para estimular en los adolescentes la cultura de prevención y planificación familiar, Profamilia subsidia en un 25 o 30 por ciento las tarifas de sus servicios y productos. Para los expertos, una adolescente embarazada aporta a la descomposición social de nuestro país con las siguientes situaciones: los hijos no deseados aumenta el maltrato infantil y a su vez, estos niños crecen con trastornos emocionales debido a que sus madres no están preparadas psicológicamente; los pequeños carecen de la figura paterna, debido a que en la mayoría de embarazos en adolescentes el padre abandona a su hijo y a su pareja, generando otra falencia emocional; la descomposición del núcleo familiar, se desarrolla en medio de la presencia de los abuelos quienes crían a sus nietos, desautorizando a sus padres y creando confusión en el niño; los adolescentes que no tienen apoyo de sus familias deben abandonar sus estudios lo que lo condena a tener menos posibilidades de un empleo digno y una economía estable. Por otro lado, están las enfermedades de trasmisión sexual que son un problema de salud pública, donde los embarazos a temprana edad vienen acompañados de este tipo de enfermedades por falta de prevención o porque la adolescente llevó una vida promiscua antes y durante el embarazo. Este tema va ligado a los exámenes durante y después del embarazo. En los estratos bajos, este tipo de medicina es costosa y el sector salud olvida que cualquier adolescente embarazada debe recibir atención durante y después del embarazo. El Ministerio de Protección Social colombiano, especifica que con la actualización del POS (Plan Obligatorio de Salud) se deben cubrir exámenes y consultas a embarazadas en especial a adolescentes, para detectar a tiempo enfermedades de la madre o el feto, con el fin de proteger los derechos sexuales y reproductivos de las mujeres y de sus hijos. Embarazos en adolescentes, problema de todos Un embarazo no deseado afecta el proyecto de vida de los jóvenes, como le sucedió a Leidy, pero además es un problema de salud pública al presentar alto riesgo a nivel obstétrico y estar relacionados en gran medida con el aumento de los índices de pobreza, deserción escolar y maltrato infantil. Diana Rivera agrega que desde el programa Profamilia Joven se detecta que esta problemática es corresponsabilidad de todos, pues hay por parte de muchos padres de familia el temor de abordar estos temas de sexualidad. En el hogar se debe brindar un ambiente armónico, en el que se eduque, se fortalezcan la autoestima y autonomía del joven y se ayude a la formación de su proyecto de vida, pues según la Secretaria de Salud Municipal, las familias disfuncionales generan mayor predisposición a un embarazo no deseado. En las instituciones educativas hace falta fortalecer los programas de educación sexual y construcción de ciudadanía. Según el profesor Carlos Bonilla, Doctor en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, hay que implementar el proyecto de Educación Sexual en la escuela, porque “no se ha podido transcender del texto discursivo que contiene el documento y la norma a una realidad cotidiana, transversal donde todos los días los niños o jóvenes vean que hay una orientación en dicha materia, no hemos podido pasar de la teoría a la práctica”. La formación en esta temática es necesaria, debería ser permanente y orientada desde una perspectiva pluralista de la sexualidad, con respeto a la diversidad y la equidad de género. Cabe anotar que existen tres puntos claves que se deben manejar dentro de los programas de salud sexual y reproductiva de las instituciones educativas: relación con los pares, influencia de los medios de comunicación y la modificación de los valores humanos. Este último es de vital importancia, debido a los cambios que se han generado en los valores, llevando a los adolescentes a ver su cuerpo como un instrumento, donde el sentir es igual al actuar, por ello, la sexualidad debe ser tratada desde la primera infancia, hablar sobre cómo ver el cuerpo, y de esta forma construir columnas fuertes de valores y principios a los adolescentes desde niños. Adicionalmente, las Instituciones de salud deberían ser un espacio para que los jóvenes puedan no sólo recibir métodos de anticoncepción, sino también resolver sus inquietudes, asesoría e información a tiempo. Los medios de comunicación y la comunidad en general son a su vez responsables de perpetuar mitos, tabúes y miedos asociados a la sexualidad que sólo aumentan la desinformación y la confusión de la población juvenil. Y claro está, los jóvenes deben tener claro su proyecto de vida, conocerse y saber decir NO, pues las relaciones de pareja están fundamentadas más que en el sexo, en el respeto, el diálogo y la comprensión. Envíanos tus sugerencias o comentarios a: Plataformajoven9@gmail.com ‘Los municipios con mayores índices de embarazos juveniles son Neiva, Garzón y Pitalito’. Para disminuir los casos de embarazos en adolescentes serán invertidos $246 mil millones en programas de salud sexual y reproductiva, educación sexual, proyectos de vida, fortalecimiento institucional y desarrollo humano. Los medios de comunicación y la comunidad en general son a su vez responsables de perpetuar mitos, tabúes y miedos asociados a la sexualidad que sólo aumentan la desinformación y la confusión de la población juvenil. Los jóvenes deben tener claro su proyecto de vida, conocerse y saber decir NO. Fotos LA NACION Emma Constanza Sastoque, secretaria de Salud del Departamento Carlos Bonilla, Doctor en Ciencias Sociales, Niñez y Juventud