La Nación
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Jóvenes sin “status” – Carlos Eduardo Amézquita

Sin duda el reto de “crecer y desarrollarse” para los jóvenes de hoy reviste matices muy diferentes a las de generaciones anteriores en términos de educación, familia, trabajo, empleo, salud. La percepción que existe hoy en todo el planeta sobre las dinámicas del mercado laboral y de trabajo, indican que el empleo es apenas una de las miles opciones y no la única, como sucedió en el siglo anterior, particularmente para los jóvenes. La relación y continuidad entre el sistema educativo, la formación técnica, profesional, con las dinámicas del mercado laboral, efectivamente se han deteriorado afectando sensiblemente la confianza de nuestros jóvenes en las instituciones adultas de la sociedad. Su condición de “sujetos sociales”, su identidad y autonomía ha sido prácticamente aniquilada  (fragmentada) ante la indiferencia de todos. Existen millones de personas a las que no les preocupa emplearse o depender de un salario estable. Actualmente se sufre por la escasez de trabajo debidamente asalariado y permanente, la rotación de los empleos es altísima y tampoco se cumple con las regulaciones legales y horarios formales. La mayoría de los jóvenes sólo podrá emplearse temporalmente, pagará de forma inmediata (prepago) la seguridad social, salud, impuestos, pensión, etc. Con lo que le queda sufragará alimentos, vivienda, educación, transporte, etc. Ya no le preocupa ahorrar en moneda nacional, más bien acumular divisas o proyectarse en los negocios coyunturales. Su mayor aspiración es adquirir equipos de telecomunicaciones e informática, como celulares, computadores, televisión, ropa de marca. Un mercado muy atractivo para los jóvenes y con ello se mide su capacidad competitiva y “estatus social” (me excusan, o mejor, me aclaran los sociólogos ante el adefesio que les propongo porque hasta este concepto ha cambiado muchísimo: ¿A mayor bit, byte, kilobyte, megabyte y gigabyte, mayor “estatus social”?). Alerta: Los gobiernos, inexcusablemente, nada hacen al respecto, sus competencias para generar o propiciar nuevos empleos han quedado radicalmente limitadas a la de crear bases de datos, propiciar bancos de empleo, y algunas veces a la de recepcionar (archivar) ofertas de trabajo. Moraleja: Proliferan en internet portales que ofrecen la opción de pegar su Hoja de vida. Lo único que debe hacer es esperar, esperar,…  (Continuará).