La bondad y el canibalismo. Por Miguel Ángel Álvarez

Si Colombia es un Estado Social de Derecho como lo define el artículo primero de la Constitución Nacional, significa  que el Estado busca realizar la justicia social y la dignidad humana mediante la sujeción de las autoridades públicas a los principios, derechos y deberes sociales de orden constitucional y el reconocimiento y garantías de los derechos humanos. ¿Entonces por qué es tan abismal la desigualdad económica y social? ¿Por qué el pueblo carece de lo mínimo para sobrevivir?   ¿Cómo justifican qué todos los días predican el evangelio de la bondad pero practican el canibalismo? Parece que  los partidos políticos, en el mejor de los casos,  conspiración contra  la Nación,  dado que poco a poco han perdido su esencia de gobierno del pueblo  para convertirse  en un refugio de pillos y malandrines que dominan los poderes públicos y los han puesto al servicio personal y familiar. Cómo puede ser que el valor del trabajo de los pobres haya perdido su esencia y  peor aun, que el desempleo a pesar de generar tanto  sufrimiento, se haya convertido en la atarraya para atrapar votos que aumentan la codicia y la avaricia de los políticos; éstos son inmunes al dolor, no se conmueven con el pueblo que carece de los ingresos suficientes para acceder a los niveles mínimos de atención médica, alimento, vivienda, vestido y educación. Dá la idea que  la riqueza del País no les corresponde  a los pobres,  que siendo sus generadores, ven alejarse el salario suficiente que les permita derrotar  la pobreza y la miseria.  Muchas de estas personas son campesinos pobres, indígenas, afrocolombiano y, más recientemente, pobladores urbanos cuyos derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales son vulnerados de manera masiva y sistemática. Un proceso sostenido que aumente o disminuya de acuerdo con las dinámicas de la guerra, la consolidación de hegemonías político-militares en las regiones o con el agotamiento demográfico en regiones en las que ya no hay a quien desplazar, sería una radiografía para conocer la enfermedad. Hay que tener en cuenta que cuando todos juegan con las mismas reglas, son iguales, pero la inequidad y el progreso no son iguales.  El libre mercado debe favorecer a todos porque todos producimos, pero fatalmente no ganamos por eso. Cuando el invierno azota al País, conocemos el estado de pobreza en que viven las dos terceras partes de los colombianos. Por eso no hace mucho la Cepal, aseguraba que ningún otro país en el hemisferio alcanzaba las tasas de desocupación y de pobreza que se presentaban en Colombia. Han  olvidado que el sol sale para todos