La Nación
La cocina campesina 1 19 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La cocina campesina

Albeiro Castro Yépez

Alguien dijo “en los tiempos de incertidumbre surgen propuestas para llegar al destino elegido utilizando nuevos caminos”, una sentencia que nos llega en un momento oportuno, pues, por varias décadas se ha predicado la necesidad de recuperar la memoria oral gastronómica autóctona de cada región, un ejercicio con poco eco, privilegiando el conocimiento de la cocina clásica internacional y recientemente de la cocina fusión; con la irrupción de don Covid-19 este privilegio ha cambiado, hoy el turista ha marcado como tendencia viajar a destinos personalizados, lejos de las aglomeraciones, una predilección con respuesta en el turismo rural. Si bien, el tema del turismo rural no es nuevo, pues, desde hace rato es fuerte en Europa, en América es incipiente, pero crece a pasos agigantados en Chile, Perú, Brasil y por supuesto Colombia se ha montado en este bus que conduce a la reapertura, esperando se fortalezca para soportar en él, la anhelada reactivación turística.

En este sentido, resulta grato compartir algunas recientes experiencias en zonas rurales del Huila, en Cerro Gordo un emprendimiento del corregimiento Río Ceibas se ha estructurado una interesante propuesta de actividades de contacto con la naturaleza combinadas con una exquisita vianda elaborada con insumos de la región, el almuerzo presentó como aperitivo una copa de vino de café, por supuesto un vino elaborado en casa, para el almuerzo se sacrificó un pollo criado en la finca, porción cárnica utilizada para darle sustento a la preparación de la sopa de verduras igualmente cultivadas en el terruño, sopa con el inconfundible sabor de la cocción en estufa de leña, por supuesto, una vez cocinado el pollo, se refresco el sazón para llevarlo al horno de la estufa, obteniendo como resultado un manjar típico de la cocina campesina ancestral de los opitas, las garnituras siguieron por la misma senda, y por supuesto el jugo se preparó con los mangos del solar y el postre con las guayabas del potrero, una receta además de exquisita un modelo de aprovechamiento de los insumos producidos en casa.

De Paicol me da mucho gusto ver en escena la predica de aprovechamiento del Sendero del Cacaotal de Lomitas, allí, las doñas de la casa presentan al visitante todo el proceso del cultivo y beneficio del cacao, una caminata de una hora, pero remata con la ingesta de una deliciosa segundilla, está conformado por una caliente y espumosa taza de cacao artesanal, esto es, sin ningún tipo de mezcla y por supuesto sin leche, a decir verdad, cacao puro, acompañado de una generosa porción de queso paicoleño y a placer una canastilla de achiras igualmente paicoleñas, una segundilla típica de la hacienda ganadera.

En suma, dos sencillos y reales ejemplos dan fe de la recuperación de memoria oral gastronómica como una actividad sostenible a través del turismo rural.