La Nación
La decodificación moral 1 29 marzo, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La decodificación moral

En términos de moral – ética, hemos tocado fondo: UN RELATIVIMO ABSOLUTO. Los otrora patrones de conducta que los fijaba la cultura, centrada en las creencias, en los modelos antropológicos, en las tradiciones; todo se ha ido a pique. Hoy es el reinado de las redes sociales, ellas marcan la conducta humana. Hemos llegado a absurdos haciendo involución de la cultura. Costumbres aberrantes que parecían se habían superado, vuelven con una velocidad impresionante. Como una muestra del fenómeno cultural vigente, ofrezco algunos nuevos paradigmas que se van imponiendo con agresividad y con una actitud iconoclasta. ¡Cuidado con decir lo contrario! Aparece una nueva inquisición más opresora que la de la época de “bárbaras naciones”. El que piense o diga lo contrario es sacado del cuadrilátero y enviado a las tinieblas exteriores.

El aborto directo no es un crimen abominable, es un derecho: asesinar a los niños en el vientre materno es un derecho de la madre. ¡Qué horror!, -ni siquiera los animales más feroces matan a sus críos-. Ahora el sexo no es un hecho congénito, natural, cada quien puede elegir su sexo. Excúsenme, esto contradice la fisiología humana, es ir contra natura. Oigan esto: los animales, los ríos, los bosques tienen derechos. Hoy valen más las mascotas que la persona humana, -por favor, con esto no quiero decir que se deben maltratar a las mascotas, se trata de cuidarlas y protegerlas como animales, nunca como personas-. El paganismo primigenio y las culturas ancestrales adoraban los ríos, los bosques, las montañas, etc. Para nosotros los cristianos, a la luz de una sana antropología, los ríos, los bosques y los animales son objeto de protección y cuidado, nunca de adoración. Para nosotros, la única criatura sagrada es el ser humano, es el único que es “imagen y semejanza de Dios”; todo por el ser humano. Respetamos la vida desde el momento mismo de su concepción. Debe haber una muerte digna, pero jamás propiciar la muerte. La ciencia médica debe combatir la enfermedad no matar al enfermo. Debe haber una paternidad y maternidad responsables para procrear los hijos, respetando la ley natural. El número de hijos los decide la pareja y la pareja debe estar abierta a la vida. Por favor, las mascotas nunca pueden reemplazar a los hijos. Las parejas que se nieguen a la procreación están en contra de la ley natural y por ende de la ley divina. Procrear sin responsabilidad es ir en contra de la ley natural. Respetando los principios de la ley natural, la conciencia del hombre es la máxima rectora de los actos humanos.

Ahora, la conciencia debe ser bien formada bajo los delineamientos de la ley natural. El hombre será juzgado al final de su vida por el dueño de la vida, Dios. A las atrocidades que cometa el hombre les llegará su cuenta de cobro; la impunidad no existe en el código divino. La libertad es la capacidad de hacer el bien, no el mal.