La Nación
La educación superior para el futuro 1 18 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La educación superior para el futuro

Germán Palomo García

Una desafortunada opinión de la Vicepresidenta Martha Lucía Ramírez sobre la formación profesional al afirmar “que tenemos demasiados sicólogos y sociólogos” coincidió con un estudio publicado por la ANDI que recomienda no la desaparición de las carreras supuestamente en exceso en el país sino la necesidad de no concentrarnos en las carreras tradicionales e impulsar la formación en los llamados “nuevas disciplinas” que tengan relación con la realidad que hace rato se nos vino. Para citar un caso, hace más de cinco años se viene hablando de la “cuarta revolución industrial” que se sustenta en las nuevas tecnologías, especialmente la robótica, la telemática, mecatrónica lo cual exige más programadores y diseñadores digitales, la aplicación de la tecnología en la agricultura y en el turismo que son sectores tradicionales pero que han evolucionado radicalmente. En ambos casos, se aplica el concepto de generación de valor agregado que tiene que ser un objetivo y también una meta para mejorar los niveles de competitividad de estos sectores como también de todos los que tienen relación con las posibilidades de irrumpir en el comercio mundial. Pero esto no tiene que ver con que ya no haya más sicólogos o sociólogos sobre todo en momentos en que la sociedad afronta dificultades en trastornos de diferente condición que requiere apoyo profesional en estas “nuevas” dificultades de salud. Otro cambio importante es el relacionado con los niveles de las carreras. Por fin tenemos que entender que la “doctoritis” ya no condiciona una formación superior y que una formación técnica o tecnológica tienen cabida en nuestro mercado ampliado. Sin embargo, este es un factor que debe atenderse especialmente con los padres de familia y los empresarios pues los primeros quieren que sus hijos sean Doctores así su conocimiento no sea el mejor y los empresarios deben reconocer no títulos sino conocimiento aplicado para mejorar productividad y, por esa vía, competitividad. Para el caso del Huila, los diferentes escalafones departamentales de competitividad reiteran en las posiciones secundarias del departamento en los factores clave de investigación y formación a alto nivel en los que estamos muy relegados y, aunque hay claridad sobre las necesidades en esta problemática y pequeños pasos se están dando para superarlos, falta mucho para que nuestros centros de estudio superiores ofrezcan la solución. Hay que aumentar el ritmo de atención a esta necesidad e identificar con el empresariado las necesidades reales. El SENA está haciendo una gran labor a nivel tecnológico, especialmente en robótica pero se requiere más investigación aplicada en el sector agropecuario, por ejemplo.