Luis Fernando Pacheco G.
La semana pasada conversamos en torno a la importancia de la elección del nuevo Procurador General de la Nación. Prometí que trataríamos sobre quienes suenan en la baraja para presidir el Ministerio Público; es necesario aclarar que el Procurador es electo por el Senado de la República a partir de tres nombres: uno remitido por el Presidente de la República, uno por la Corte Suprema de Justicia y uno por el Consejo de Estado.
El panorama según las conversaciones de los corredores del poder no es nada positivo: se da por descontado que la candidata del gobierno será su propia Ministra de Justicia, Margarita Cabello, quien además fue Magistrada de la Corte Suprema de Justicia y presidenta de la misma corporación. Además, Procuradora Delegada en la época de Alejandro Ordóñez, el actual Embajador ante la OEA y cuyo final en la Procuraduría no fue el “más digno”.
Por el Consejo de Estado, se asegura que el ungido será Gregorio Eljach Pacheco, fusagasugueño y Secretario General del Senado desde 2012, a donde llegó a través del clan de Iragorri. Eljach puede ser reconocido fácilmente, pues el pasado 20 de julio se hizo famoso por recordarle al Presidente en su discurso de instalación de la legislatura que… se le había olvidado instalar la legislatura.
Finalmente, en la Corte Suprema de Justicia (quien ternó a Carrillo hace cuatro años) se dice que la elección recaerá sobre Wilson Ruiz, Ex Magistrado y Ex Presidente del siempre cuestionado Consejo Superior de la Judicatura, y a quienes periodistas como Cecilia Orozco Tascón señala como cercano a alias “Chupeta”. Ruiz encarna ese extraño relacionamiento político-burocrático entre la rama judicial y el legislativo (que ya lo eligió en 2012). Ah, y también fue Procurador Delegado de Ordóñez ante el Consejo de Estado.
Entre la candidata del ejecutivo, el del legislativo y el de las altas togas del Palacio de Justicia se escogerá al único mosquetero que le faltaba a este gobierno. Aunque pueden haber “palos” (como coloquialmente se les llama a las sorpresas) las designaciones de Eljach y Cabello se dan por ciertas, y generan no solo incertidumbre, sino desazón entre la opinión pública. Aunque de Fernando Carrillo Flórez se pueda decir que hay mucho discurso y pocas acciones, la verdad es que sus cuatro años estuvieron exentos de escándalos graves y la defensa de temas como la implementación de los Acuerdos de La Habana y la protección de las minorías fue un compromiso. Por lo menos esperamos que quien lo suceda no sea muy afecto a los viajes familiares a tierra caliente.
@luisferpacheco