La Nación
La endemia de la corrupción 1 23 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La endemia de la corrupción

Gabriel Calderón Molina

La corrupción se tornó en una endemia  en el país. Ahora hace parte del modo de vida y las costumbres de muchos en razón a que en estos tiempos los Valores Éticos y Morales han desaparecido del comportamiento de gran parte de las personas en todos los  niveles sociales. La causa fundamental de la corrupción proviene de que estos  principios que  deben regir nuestras conductas, fueron eliminados del componente  en la formación de los niños en los  hogares,  escuelas, colegios  y de jóvenes en  muchas   universidades.

Hace algunos días circuló por las redes sociales el video de una conferencia de un expositor en la cual explicaba que la educación  en valores (éticos y morales) constituye la base fundamental de las personas de calidad y que han hecho del Japón un país en donde la corrupción no tiene cabida en la mente de sus habitantes. Al llegarle dicho video al ilustre ex magistrado el doctor Marcelino Triana, al pensar en el país,  escribió: “Muy interesante. El problema   es que aquí en Colombia a la minoría  que  gobierna y la que tiene el poder económico no les interesa ni siquiera instruir al pueblo, menos darle una formación que haga pensantes a las personas porque así no podrían manipularlos y manejarlos fácilmente aunque  los  valores  se trasmiten inicialmente  en el hogar, debido a que los paradigmas de la sociedad  capitalista son el lucro, la competencia y la  ganancia; es muy poco lo que el hogar  puede hacer,  cuando muchas veces  ya  los padres han sido a su vez educados con esos paradigmas”. Comparto totalmente su pensamiento.

La corrupción es una realidad que condena a Colombia a padecer este mal, hasta tanto la  educación en  valores no transforme la mentalidad de las nuevas generaciones. Causa risa escuchar a los candidatos  presidenciales, sin excepción,  prometer  que acabarán con esta desgracia. Así lo prometieron todos  los  presidentes de los últimos  40 años. En vez de lograrlo, la corrupción siguió invadiendo  todos los ámbitos de la sociedad: el Poder Ejecutivo  y funcionarios de   todos niveles, el Legislativo, la Justicia (desde los magistrados hacia abajo),   contratistas, empresa  privada, etc.,  la lista es interminable.

Por más leyes que se expidan, la corrupción sigue campante. La educación en  valores éticos y morales de las nuevas generaciones  nos llevaría a un gran cambio en el país.