Ha empezado en la Procuraduría General de la Nación la era del abogado Gregorio Eljach, quien durante los próximos cuatro años estará al frente de una entidad que se encarga de velar por la defensa de los derechos humanos y al mismo tiempo, de vigilar, investigar y sancionar las actuaciones de los servidores públicos.
Eljach, quien durante los últimos 12 años fue el secretario general del Senado de la República, fue ternado por el presidente Gustavo Petro y elegido en octubre pasado por el Congreso de la República con 95 votos a favor.
El nuevo Procurador General de la Nación se ha comprometido públicamente a liderar un organismo que, según sus propias palabras, “sea pro diálogo, pro libertad, pro democracia, y que ayude a sanar las heridas sociales de Colombia. Una institución que procure superar la polarización, es decir, una Procuraduría pro-cura”. Y también refrendó su compromiso de luchar contra la corrupción en el sector público: “en Colombia tenemos una realidad y es que buena parte de las manifestaciones más grandes de corrupción involucran a funcionarios de elección popular a nivel nacional, departamental, distrital y municipal”.
Eljach llega a la Procuraduría en un momento en el que la corrupción sigue siendo uno de los grandes problemas de este país. Escándalos como el de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres que ha golpeado fuertemente el ‘corazón’ del Gobierno de Gustavo Petro es una muestra más de lo vivo que está ese ‘monstruo de mil cabezas’.
En ese orden de ideas, los colombianos no pueden tener un organismo de control indiferente frente a los desafueros en que incurren los servidores públicos a escala local, departamental y nacional. El país requiere una Procuraduría independiente, objetiva y vigilante.
Es importante que el procurador Eljach nombre funcionarios idóneos en las procuradurías delegadas, provinciales, de instrucción y regionales, capaces de conducir procesos disciplinarios e imponer sanciones oportunas y ejemplarizantes.
En el caso del Huila, vale la pena que el nuevo Procurador eche una mirada a los procesos disciplinarios que vienen haciendo tránsito e impulse los que están ‘dormidos’ en los escritorios del organismo de control.