La extradición esta semana de alias ‘Otoniel’ ha enviado un mensaje contundente a los criminales en Colombia: tarde o temprano deberán enfrentar el peso de la Justicia. Su reclusión en una cárcel de Estados Unidos es lo que les espera a quienes además de ser delincuentes, incursionan en el negocio ilícito de enviar cocaína a Norte América.
Dairo Antonio Úsuga, alias ‘Otoniel’, era el máximo jefe del ‘Clan del Golfo’ y uno de los narcotraficantes más buscados a nivel nacional e internacional. Empezó como miembro de la guerrilla del Ejército de Liberación Popular, Epl, y luego se pasó al bando contrario: las autodefensas campesinas de Córdoba y Urabá al mando del extraditado ‘Don Mario’. Ese trasegar criminal impulsó a ‘Otoniel’ a conformar las ‘Autodefensas Gaitanistas’, que no era otra cosa que un grupo narcotraficante que al mismo tiempo convirtió en un ejército para su protección personal y sus actividades ilícitas. Bajo esta fachada, ‘Otoniel’ construyó además un imperio de lujos y excesos.
Fue mucho el daño que ‘Otoniel’ le hizo a Colombia, a donde deberá regresar algún día para que responda en procesos por delitos como homicidio, secuestro, extorsión, narcotráfico extorsión, terrorismo, concierto para delinquir, reclutamiento forzado de menores, abuso sexual, fabricación, tráfico y porte ilegal de armas entre otros delitos.
“Esta extradición evidencia que nadie está por encima del Estado colombiano, y que siempre estará por encima el Estado de Derecho a cualquier delincuente. Ha triunfado la legalidad, y quiero agradecerle al Gobierno y a las autoridades de los Estados Unidos por el trabajo diligente y sesudo que permite esta extradición y que, además, garantizará el juzgamiento y una condena severa por los delitos de narcotráfico”, fue el mensaje que envió el presidente Iván Duque, minutos después de que ‘Otoniel’ fuera entregado a la DEA, la agencia antidrogas de Estados Unidos.
Con los delincuentes, no puede haber laxitudes.