En las carreras profesionales liberales y de manera especial en el ámbito jurídico se enseña sobre las “virtudes” de la independencia de las ramas del poder ( Ejecutivo, Legislativo , Judicial y órganos de control ), por supuesto esto ocurre en varios aspectos del saber, no se efectúa un análisis, debate o confrontación entre el contenido de los textos y su desarrollo en la práctica; entendible que hasta en los países desarrollados no exista absoluta independencia de poderes, siempre existirá su dosis de interdependencia, pero la poca o nula independencia que tenemos en Colombia es reprochable. El reciente caso para elegir procurador en el cual Presidencia, Corte Suprema y Consejo de Estado eligen su candidato para que el Congreso defina, ilustra la forma en que eligen altos dignatarios, especialmente los de control y fiscalización (fiscal, procurador…); esta interdependencia se observa en dos niveles, el administrativo (burocracia) y en el plano político; en lo burocrático es menos notorio o evidente; como no es un delito ni existe régimen de inhabilidades es común el intercambio de favores burocráticos entre altos funcionarios habitualmente para favorecer familiares y allegados; por ejemplo que una jefe de personal de un órgano de control sea la esposa de un congresista o de un alto funcionario, porque previamente había dado su voto para la respectiva elección.
En lo político el caso ha sido evidente desde hace muchas décadas, en especial Ejecutivo y Legislativo han logrado colocar personajes de sus afectos en órganos de control (Fiscalía, Procuraduría, Altas Cortes…) para que defiendan sus conveniencias políticas, equivocaciones y muchas veces actos de corrupción. Esto ocurre actualmente con el proceso para escogencia de procurador; también recordemos los casos del proceso 8000, el del fiscal Montealegre, el procurador Ordoñez y el insólito caso donde robaron $70mil millones. pero a la principal culpable Karem Abudimen. la procuradora Cabello ni siquiera le decretó responsabilidad política. Son muchos los factores que influyen en la anterior corruptela, en especial la existencia de un Congreso, el órgano más corrupto y cuestionado que no permite cambios sustanciales, dado sus intereses administrativos y políticos, recordemos que el Congreso es el administrador de la mayor parte de la burocracia del país.
En algunos casos antes de proceder a escoger los ternados para altos cargos se acude a convocatorias o designa un ente educativo para dar carácter “democrático” y disimular la manipulación política especialmente en Procuraduría, Fiscalía y Contraloría, por supuesto se inscriben 100, 200 o más ingenuos aspirantes que reúnen los requisitos académicos y fácticos mas no los políticos, posteriormente los reducen a 10 o 20 y es ahí donde ya intervienen los propietarios de los altos cargos de los órganos de control, mediante entrevistas amañadas e imposición de sus fichas políticas para elegir finalmente entre ternados que ellos mismos seleccionan, toda una farsa.