La Nación
La hora del cambio 2 25 abril, 2024
TEMA DEL DÍA

La hora del cambio

Con una victoria contundente Gustavo Petro se convirtió en el primer presidente de izquierda al alcanzar el 50,44% de la votación. Rodolfo Hernández, asumirá un nuevo liderazgo para unir al país.

RICARDO AREIZA

unidadinvestigativa@lanacion.com.co

El economista Gustavo Petro, candidato del Pacto Histórico, se convirtió ayer en el nuevo presidente de Colombia al alcanzar el 50,44% de la votación, al lado de su fórmula vicepresidencial, Francia Márquez, una lideresa afrodescendiente, vocera de las negritudes y representante de la otra Colombia.

Escrutado el 100% de la votación el triunfo de Petro fue contundente, pues obtuvo 11.281.013 votos, que representa el 50.44% de la votación frente a Rodolfo Hernández quien sumó 10.580.512 de apoyos (el 47,31%), según el último boletín expedido por la Registraduría Nacional, otra de las ganadoras.

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Gustavo Petro, líder del cambio.

El Pacto histórico ganó en los 16 departamentos más olvidados del país. Petro arrasó en la costa caribe, en la costa pacífica, en la Amazonía,  la Guajira, Guainía, Vaupés, Amazonas, Cauca,  Nariño y San Andrés.

Petro no solo aumentó su propia votación sino que superó a la registrada en el 2002 por Álvaro Uribe quien ganó en primera vuelta con 5.862,655 de votos, lo que representó en ese entonces el 53,05% de todos los votos.

Hace cuatro años, en el 2018, Iván Duque obtuvo 7.558.698 votos (el 39,14%).

En total paz

La otra victoria, también contundente. Colombia votó en paz, distinto al escenario bullicioso que pregonaban las bodegas del oficialismo para infundir miedo. Contrario a ese panorama, la ciudadanía salió a votar temprano y en total orden. Y lo hizo con un inusitado fervor, con el renovado espíritu festivo de otras épocas y en medio del respeto. Esa es la primera señal de la nueva Colombia que se comenzó a construir sin las viejas castas.

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Así fue la votación en el Huila.

Resultados regionales

El Huila votó amarillo. Hernández sumó 305.799 votos (el 57,41%) en 35 municipios frente a 216.533 (40,65%) obtenidos por el electo Presidente.

Petro solo ganó en Neiva con 87.682 votos frente a 84.962 votos aportados por Hernández. También ganó en Villavieja. Pitalito se vistió rodolfista lo mismo que Garzón y La Plata.

Caquetá también anduvo en rodolfoneta mientras que en Putumayo, la cola de la Colombia olvidada, arrasó Petro con el 79,67% (110.118 votos) frente a  18,4% alcanzado por Hernández.

Voto paisa

Antioquia, cuna del uribismo votó amarillo.  En Medellín alcanzó el 62,55% frente a 34,04% que obtuvo Petro. El eje cafetero se ratificó rodolfista igual que en el centro oriente colombiano.

En Bogotá Petro obtuvo la más significativa votación con 2.253.997 votos (el 58,59%) 773.799 votos más que Rodolfo Hernández. También creció en la capital colombiana. El apoyo verde fue un definitivo.

En Santander

Rodolfo obtuvo su principal respaldo en Santander, su tierra natal. Alcanzó 871.291 votos (el 72,95%) frente a 310.240 votos obtenidos por Petro (25,9%) Petro creció en tierra rodolfista. En primera vuelta sacó 244.179 sufragios.

Nuevo liderazgo

Rodolfo Hernández, con una significativa votación será otro actor importante en el nuevo escenario nacional,  la otra mitad del país que deberá convertirse, como lo anticipó Petro acertadamente, en un legítimo interlocutor, para la construcción de un consenso nacional inaplazable.

“Como lo dije reiteradamente, acepto el resultado como debe ser si deseamos que nuestras instituciones sean firmes”, afirmó sin ambages, el empresario santandereano.

“Sinceramente espero que esta decisión que ha tomado sea beneficiosa para todos y que Colombia se encamine al cambio que predominó en el voto de la primera vuelta”, recalcó en una breve declaración. Y así tiene que ser, para iniciar una nueva fase, capaz de marcar una ruptura con ese crispado ambiente de polarización.

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Así fue la votación en Neiva.

Buena señal

Pero no solo esa fuerza que se impuso con votos prestados. También los otros actores que estuvieron presentes, en medio de su forzado anonimato, líderes de la nueva oposición que lo acompañaron en silencio comenzando por el ex presidente Álvaro Uribe, quien dio ayer las primeras puntadas para pasar la página.

“Gustavo Petro es el Presidente. Que nos guíe un sentimiento: Primero Colombia”, exclamó el ex presidente Álvaro Uribe. Una buena señal.

Incluso, la del presidente Iván Duque, uno de los primeros en reconocerle la victoria. “Acordamos reunirnos en los próximos días para iniciar una transición armónica, institucional y transparente”, declaró el saliente Jefe del Estado.

“A Petro, le toca además de ser presidente, reeducar a sus fanáticos, porque los que votamos en contra de él no somos paramilitares o asesinos como él mismo ha hecho entender. Somos la mitad del país”, exclamó con razón el excandidato Enrique Gómez.

Pero no solo a Petro. También a los sectores de la derecha radical que persisten en incendiar al país, como lo expresaron algunos senadores del Centro Democrático, incluso, su derrotado candidato Federico Gutiérrez.

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Aire de cambio

Las dos nuevas fuerzas políticas consolidadas en las urnas proyectan un aire de renovación que el país necesita para superar la polarización y construir un nuevo consenso. En este escenario, Rodolfo Hernández, podrá ser actor de primer orden, pero no el jefe de “una oposición que será férrea”, según lo reconoció el presidente electo.

El rechazo contundente al clientelismo, a la manguala bipartidista y los  revaluados modelos tradicionales de hacer la vieja política despejaron el camino para trazar una nueva gobernanza.

La alta votación alcanzada por los dos contendores representa en cierta forma una legitimación de dos nuevos liderazgos, esenciales para construir una esperada gobernabilidad. Pero además, que deben involucrar a los demás actores, incluidos a los derrotados partidos tradicionales y a sus viejas jerarquías relegadas por una fuerza ciudadana emergente en medio de un estallido social que se fue acrecentando.

El sacudón generalizado, como lo anticipó el analista Rodrigo Pardo, se veía venir. “Los partidos de siempre ya ni figuran en el tarjetón electoral para la Presidencia, y en el Congreso también hubo un revolcón”, afirmó.
Solo que los viejos modelos bipartidistas no entendieron el mensaje que venían retumbando desde hace dos años con los cacerolazos, y que se reiteró durante las grandes marchas nacionales y que se ratificó con los resultados electorales para el Congreso y luego en primera vuelta.

Inatajable crisis

Los resultados electorales de ayer domingo confirmaron que los partidos tradicionales, ya no son los actores irremplazables en el escenario electoral. Aunque los partidos por esencia debían ser revitalizadores vitales la democracia representativa, lo que se demostró en las urnas, en primera y en segunda vuelta, es que perdieron total protagonismo.  Y sus jerarquías naturales quedaron relegadas a un vergonzoso anonimato. Y terminaron como realmente ocurrió, buscando un escampadero en un territorio hostil o soportando los desplantes porque los candidatos finalistas no aceptaban sus “desinteresadas” adhesiones.

Los partidos tradicionales, como quedó demostrado, perdieron predominio y ya no son actores imprescindibles para impulsar los grandes cambios. El bipartidismo liberal-conservador perdió vigencia.

“Lo que es claro es que los colombianos no quieren más de lo mismo. El país no va bien y menos aún la vida personal de las personas comunes y corrientes. Y por eso, en la primera vuelta, los electores escogieron por dos tipos de cambio —así sean muy distintos— entre los cuales está el sucesor de Iván Duque”, subrayó Pardo.

Petro tendrá a partir de hoy el ineludible compromiso de impulsar ese cambio. Y el resto, los que quedaron segundos, los que votaron en blanco a facilitar esa transición, sin mezquindades, con fervor y con amor de patria.