La JEP, la Jurisdicción Especial para la Paz, el órgano creado para juzgar los crímenes cometidos en el marco de la guerra que ha sacudido al país durante las últimas décadas, ha anunciado que “con el inicio de las audiencias de reconocimiento, se acerca la imposición de las primeras sanciones”.
Las audiencias de reconocimiento, según la propia JEP, son una nueva etapa en el proceso judicial para que los primeros comparecientes de las Farc-EP y de la fuerza pública, que fueron imputados por crímenes de guerra y de lesa humanidad, reconozcan su responsabilidad y aporten verdad plena, detallada y exhaustiva. Durante estas diligencias, los máximos responsables imputados por la JEP se presentarán ante la Sala de Reconocimiento, las víctimas, las instituciones del Estado y la sociedad colombiana. Mientras estos comparecientes se refieran a los crímenes que se les atribuyen luego del proceso de contrastación judicial, las víctimas podrán manifestar si están o no ante un reconocimiento real.
Por todos los medios, la JEP ha dicho que a través de estas audiencias los comparecientes tienen la oportunidad de: “1) Aportar verdad plena, detallada y exhaustiva. 2) Reconocer la naturaleza criminal de los hechos y conductas en las que participaron y 3) Responder a la gravedad de las conductas con el reproche moral que implica el supuesto de abstenerse de justificarlas, reconocer el daño causado, aceptar la responsabilidad y dar cuenta de la voluntad de resarcir y no repetir esos graves crímenes”.
La JEP tiene un gran compromiso con el país porque sus decisiones van a contribuir a reducir las enormes heridas que dejaron tantos años de conflicto. Los huilenses saben bien de sobra los horrores que desató la guerra en esta región del país y conocen perfectamente los responsables de tanto daño y esperan, como es natural, verlos respondiendo ante la justicia.
Hoy, las víctimas están ansiosas de verdad, justicia y reparación. Y la JEP como justicia transicional, con sus magistrados, debe contribuir a ello. Los magistrados tienen la palabra.