La Nación
“La Justicia sabe quién le lanzó el ácido a mi hija” 4 24 abril, 2024
INVESTIGACIÓN

“La Justicia sabe quién le lanzó el ácido a mi hija”

“La Justicia sabe quién le lanzó el ácido a mi hija” 10 24 abril, 2024Dayana Andrea García- quemada con ácido en febrero pasado en la comuna ocho de Neiva- abandonó el Huila. Vive en el Tolima desde hace un par de semanas. Marlovi Zambrano García, su madre, optó por moverla hasta el vecino departamento para estar más cerca de Bogotá y acudir con frecuencia a los tratamientos de las quemaduras con Jorge Gaviria, el mismo médico de Natalia Ponce de León.

Su rostro pudo quedar peor, pero corrió con suerte. No quedó desfigurada- ese era el temor de Dayana-, pero su espalda, pecho y brazos aún se resisten a sanar. Los senos están afectados, irritados y requieren con urgencia de ‘Procicar’, un crema antiinflamatoria. La que Dayana ha utilizado hasta el momento es una muestra médica que le obsequió el cirujano Gaviria, pero ya se acabó.

“El seno lo tiene irritado, necesita urgente la crema cicatrizante”, cuenta la madre, quien relata que su hija debe alimentarse constantemente con suero pedialyte para evitar deshidrataciones, además de cubrirla protector solar de 100, así no le den los rayos del sol, que desde luego no puede ni ver por la magnitud de sus heridas.
 
Lo que viene

Dayana- a quien le tendrán que adaptar gafas porque después del ataque con ácido se le dificulta leer- tendrá que visitar nuevamente el quirófano. Le intervendrán sus labios porque internamente le salieron queloides o crecimiento exagerado de tejidos. “Mi hija se desmayó en uno de sus tratamientos y los médicos para que volviera en sí le aplicaron mucho alcohol y le quemaron su labio y le están brotando queloides”, expresa.

Marlovi observa bien a su hija. Y admira su personalidad y fortaleza, aunque ocasionalmente la joven se deprime. En 2016 la menor de edad no pudo estudiar (cursaría octavo) y sus 15 años no fueron como los de cualquier chica de su edad. No hubo fiesta, parejos, regalos, Dayana solo busca recuperarse. Y nada más la preocupa.
 
La capital

En Bogotá- relata la madre a LA NACIÓN- acuden a una fundación que les da alojamiento, alimentos, asesoría psicológica, mientras a la huilense la asisten los cirujanos.

“Ella se siente sola allí, pero toca porque no tenemos dinero para pagar un hotel”. Marlovi tuvo que vender su lavadora, su nevera y otros de sus electrodomésticos para subsidiar los desplazamientos, las comidas y los demás gastos que le generó la tragedia de Dayana.

La madre también renunció a sus trabajos. En adelante le fue imposible arreglar casas, trabajar en restaurantes, lavar, planchar ropa. “Mi recibo de la energía eléctrica lo tengo por un millón de pesos. Y no tengo plata. No sé qué hacer”.

Y, ¿los responsables?

¿Y los responsables del ataque con ácido? Zambrano García dice que los atacantes- según narraron testigos- no son conocidos de la familia. Y hasta ahora, no se sabe oficialmente de dónde o quién pagó para que atacaran a su hija en febrero de 2016 frente al centro de salud del IPC, Comuna Ocho de Neiva.

Lo que tiene claro Marlovi es que ella tuvo serios problemas con su ex pareja, el padre de su hijo, con quien incluso han tenido que enfrentarse en la Casa de la Justicia en Neiva por la custodia de su pequeño. “Hubo muchas amenazas de él en mi contra, pero no puedo asegurar que él esté detrás de la agresión a mi hija. Eso solo lo determinará la Justicia”, aclara la mujer.

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Dayana Andrea no quiso volver a Neiva. Ahora vive en el Tolima donde se siente segura.

-Y, ¿qué amenazas le hacía él?, le interroga LA NACIÓN a  Marlovi. “Yo le decía que ya no quería nada con él. Y él me respondía que si se iba de la casa y me veía con otra persona me mataba. También manifestaba que me iba a colocar una bomba en la casa. Amenazó a mi familia… él tuvo varias veces discusiones con la niña (Dayana), a ella le daba rabia cuando él me decía que me iba a matar si me veía con otro hombre. Ella le pedía que entendiera, que yo ya no quería vivir más con él. Y él le respondía: ‘cállese la jeta china marica…’. Una vez más él le dijo a Dayana: ‘sabe qué peladita, no hablemos más porque palabras sobran’”, responde.

Con este relato, Marlovi no pretende asegurar que su ex marido esté detrás de la agresión de Dayana, pero le pide a la Justicia que actúe con urgencia y determine quiénes son los verdaderos responsables de lo ocurrido. 

Según ella, la Fiscalía tiene retratos hablados, declaraciones de testigos, denuncias… Incluso, Dayana y su hermana observaron los rostros del agresor, del hombre que llamó por su nombre a su hija, la agarró de un brazo y le lanzó el litro de ácido en su cuerpo.

“Ella recuerda muy bien la cara de ese tipo. Me dice, mami yo cierro los ojos y veo la cara de ese señor. Yo le pregunto cómo es el tipo y me responde que un hombre alto, acuerpado, negro, de labios gruesos”, manifestó Zambrano García en su momento a LA NACIÓN y a las autoridades. “No la atacaron por equivocación porque el hombre la vio bien, la saludó, donde hubiera sido equivocación atacan a la otra niña y solamente atacaron a Dayana”.

La justicia

Marlovi Zambrano dice que fue a la Fiscalía a pedir que agilizaran la captura de los responsables, pero le informaron que tenía que esperar. “Me dijeron que la fiscal que lleva el caso está en vacaciones”. “No sé la Ley a quién favorece, no sé si es porque soy pobre, pero la Justicia no actúa”.

Y lo expresa con preocupación. A su otra hija de 14 años, la familia Zambrano optó por moverla de Neiva y desplazarla a otro departamento porque alcanzó a observar a uno de los atacantes, y temen que la historia se repita. “Me da miedo tenerla en Neiva…Dios no lo quiera les pasa algo a mis hijos y vuelve y se queda todo así, como si nada. ¡Es injusto!”.

Su diario vivir

Dayana no sale sola a la calle, duerme bien, pero en ocasiones se despierta asustada. Vive con miedo, llora, “me dice mami quiero estudiar y a nosotras nadie nos ayuda. Le da tristeza por nuestra situación económica”.

Mientras la Fiscalía avanza en la investigación dos meses después del ataque, Dayana se sigue levantando- donde esté- a las 6:00 a.m., se baña, se hace sus terapias, se aplica el gel en todas sus áreas quemadas, se coloca una licra, lee y ve televisión para no aburrirse.

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Marlovi Zambrano, madre de Dayana, dice que espera que pronto se actúe en contra de los agresosres de su hija.

No obstante, el encierro la deprime. “No le puede dar ni una milésima de sol. Y las terapias son cuatro veces al día: se aplica crema, hace movimientos en su cara, su espalda, brazos… cada sesión dura 45 minutos. Ella- quien no puede vivir sin ventilador cuando pisa tierra caliente- siente ardor durante las terapias porque su piel está muy sensible, pero tiene que ayudarse.

La madre de la víctima aclara que si tuviera al frente a los agresores de Dayana los perdonaría. “No soy nadie para juzgar o desearle el mal a ellos. Lo que he sufrido no quiero que nadie más lo padezca, ni siquiera ellos, pero la Justicia debe actuar porque mañana pueden agredirme a mí, a mi sobrina, a mi otra hija. Quiero que los cojan, Dios sabe cómo hace sus cosas”.

Cuando el drama pase, la víctima se instalara en otra ciudad distinta a Neiva, “y su pensado es hablar con Natalia Ponce para gestionar y estudiar, ella quiere ser profesional”, relata optimista la madre, una mujer que no solo pide Justicia. También ayuda económica. Carece de recursos económicos y debe terminar de cuidar, apoyar y sobrevivir con su hija, al menos mientras pase su tragedia.