Hablar de la antigua Estación del Ferrocarril en Neiva es referirnos a un lugar que encierra recuerdos para nuestra ciudad. En otrora concentró a miles de pasajeros y sirvió para el cargue y descargue de mercancías empujando así enormemente el desarrollo económico regional. Construida entre los años de 1935 y 1938, fue una de las edificaciones más admiradas. Siempre ha sido considerada como una joya arquitectónica de gran valor artístico.
Lamentablemente, tal como lo registró LA NACIÓN el domingo pasado, la antigua Estación del Ferrocarril se ha convertido en un nido de ratas y refugio de indigentes. La infraestructura se cae a pedazos. A simple vista se aprecia cómo la humedad del cielo raso ya amenaza con derrumbar el techo, parte de los pisos están lacrados y las paredes del gran salón de doble altura también fueron invadidas por la humedad y el moho.
Sobre el abandono actual que padece el emblemático inmueble, el historiador Alexander Quintero, miembro de la Academia Huilense de Historia, hace la siguiente reflexión: “Por una parte, la falta de coordinación entre entes estatales, entiéndase Municipio de Neiva y Ferrocarriles Nacionales o quien haga sus veces, para realizar inversiones y mantenimientos. Por otra, la ignorancia, desidia y poco valor que tienen esta clase de inmuebles para algunos funcionarios encargados de la gestión púbica”.
¿Van a dejar acabar así un bien que es patrimonio histórico del Huila? ¿Qué debe pasar para que intervengan el lugar?
Es deber de la administración municipal en cabeza de su Secretaria de Cultura hacer todas las gestiones que estén a su alcance para que las instalaciones de la antigua Estación del Ferrocarril sean recuperadas y objeto de un permanente mantenimiento.
Habla bien de una ciudad y sus habitantes cuando se preocupan por salvaguardar su memoria histórica.