Ha emprendido el Gobierno Nacional un plan para modernizar la Policía, con el objetivo, en palabras del ministro de Defensa Diego Molina, de tener “una Policía mejor preparada, transparente, eficaz, que contará con ayudas de tecnología para avanzar sin tregua contra la delincuencia”.
Se trata del ‘Plan integral de innovación, transparencia y efectividad del servicio de Policía Nacional’, que concentra cuatro aspectos importantes: nuevas condiciones de carrera para los uniformados, un nuevo estatuto disciplinario, la renovación de la estructura organizacional y el cambio de los uniformes que se utilizan en las zonas urbanas.
Lo del cambio de uniformes —que ahora serán azules y tendrán los distintivos más grandes—puede resultar irrelevante si en el fondo no hay una gran transformación.
El ciudadano quiere ver a una Policía inmensamente eficiente, que no sólo lo proteja sino que se convierta en una institución en la que pueda confiar, que lo acompañe y que contribuya realmente a una sana convivencia en cada uno de los territorios.
La Policía debe apuntarle a que los uniformados se conviertan en verdaderos aliados de la ciudadanía para que a través de un lazo de confianza, se pueda combatir a la delincuencia de manera eficiente. Es necesario que la Policía afine sus procedimientos y fortalezca sus capacidades para responder a las exigencias sociales.
Dentro de esta modernización, será clave que la Policía –y tal vez ese es el propósito de la presentación de un proyecto de ley para crear el nuevo Estatuto Disciplinario Policial—elimine de tajo cualquier tolerancia con la corrupción. Sobre ningún uniformado puede existir algún atisbo o asomo de duda. Y en ese sentido, frente a un eventual hecho de corrupción cometido por un policía, la solución no puede ser, por ejemplo, el traslado o la remoción de una unidad policial a otra. Los problemas no se corrigen de esta manera.
Tiene la Policía Nacional un inmenso reto en lograr que la modernización que se propone trascienda y no se quede en un asunto cosmético.
“Dentro de esta modernización, será clave que la Policía –y tal vez ese es el propósito de la presentación de un proyecto de ley para crear el nuevo Estatuto Disciplinario Policial—elimine de tajo cualquier tolerancia con la corrupción”