La Nación
La Nueva Revista Semana, “el requiem in pacem” a la conciencia crítica 1 25 abril, 2024
COLUMNISTAS OPINIÓN

La Nueva Revista Semana, “el requiem in pacem” a la conciencia crítica

José Joaquín Cuervo Polanía

 

Quisiera negarme a creer que los cambios de la Revista Semana representan el mayor atentado contra la conciencia crítica resistente al régimen. Que Signifique el fin de una era en la que la opinión pública podía tener la esperanza de situarse a la orilla de donde se le diera la gana. Hay que hacer un réquiem por la libertad, por la verdad distraída entre diatribas irracionales de los fake news. Los medios de comunicación de masas cooptados por el poder del dinero se han descarado, han revelado su verdadero interés: La propaganda que exalta el triunfo de la mentalidad dominante y de la manufactura del consentimiento colectivo. Todo es un complot contra la razón: pan y circo, superficialidad y mediocridad entregada en las redes, en los blocks; en el Universo en que cualquier personaje y comentario idiota se concibe merecedor de un premio Nobel.   Es allí en donde los medios y las redes terminan por ser piezas claves al servicio del desarrollo de peligrosos “dogmatismos democráticos” que de vez en cuando afloran en las sociedades de inspiración liberal y pluralista, y cuyo efecto es la “espiral del silencio”

Se agotaron los tiempos en que podíamos disentir, en los que la dictadura del absoluto poder todavía no nos hacía confundir la justicia con la voluntad del más poderoso. Se agotó el plazo de advertencia de Foucault: “Los poderosos y los ricos se tomarán la verdad mientras su egida panóptica vigila para castigar”: Tiempos en los que podíamos disentir.

Tocará callarnos porque la razón arrasadora y “todo – poderosa” de los Gilinski y de los Sarmiento Angulo acabaron con lo poco decente que aún conservaba tímidamente el lenguaje de lo políticamente correcto.  Tocará dejar de escribir, será guardar silente prudencia en nuestras cátedras; corresponderá la supervivencia de mantener la mueca de la prudencia y la hipocresía que ser condenado al ostracismo por pensar y decir distinto.

¡Qué impotencia la que sentimos! ¡Qué pasión de eunuco se han vuelto nuestras vidas! Qué enfermedad de la indiferencia y del olvido nos ha contagiado hasta los tuétanos. Nuestro ocaso nos llegó sin haber contemplado la plena libertad; nunca conocimos la posmodernidad; nunca fuimos la República democrática, participativa y pluralista que nos habían prometido; primero murieron los meta-relatos de la ilusión de ser un estado social de derecho. Ojalá pase la horrible noche y un día la hegemonía no sea la de la brutalidad y la barbarie que representan hoy la voluntad oligopólica de los Gilinski, de Sarmiento Angulo, Ardila Lule y sus áulicos serviles y mediocres que decidieron por la manipulación mediática de la opinión pública desde los grupos económicos y desde los grupos de poder.