CARLOS EDUARDO AMÉZQUITA
A raíz de las reflexiones que normalmente se publican sobre el Presidente Trump, y en reacción a su malhumorado temperamento, se corre el riesgo, quizás, de que este ordene la anulación de la visa y se congele el peculio del articulista, como sucedió estos días con las cuentas y propiedades de Maduro, su homólogo de Venezuela.
Sin/embargo (equivale a “no/embargable”) si observáramos cuidadosamente el inventario de visas que alguna vez fueron negadas por EEUU, la enumeración resulta baladí. Mencionaré algunas celebridades que por sus actitudes y desafectos perdieron el privilegio de ingresar temporalmente a suelo norteamericano:
La deslumbrante modelo Kate Moss figura en la lista pero no es la única; Diego Armando Maradona, el popular futbolista argentino por simpatizar con países socialistas; el expresidente colombiano Ernesto Samper por simpatizar con narcos; igualmente el concertista Boy George; Lilly Allen, la talentosa cantante británica acusada en el 2007 de agredir a un fotógrafo gringo en Londres.
La modelo Natalia Paris fue vetada por mantener amistades “sospechosas”. El cantante Pablo Montero, y Pete Doherty, también por abusar de drogas. Amy Winehouse por escándalos públicos y consumo de drogas en 2009, en fin.
Incluso por provenir de zonas calificadas de “rojas” por la presencia de insurgentes y violentos: México, Colombia, Siria, Afganistán, Yemen, Tombuctú, etc.
En el caso del Presidente Maduro es porque se extralimitó diciendo que EEUU se la tiene velada y agradeció el veto a “Mr. Trump”.
Otrosí: Como columnista que soy de La Nación se llevarían un gran fiasco porque las únicas propiedades embargables que poseo son: un viejo automóvil de los 90s, un lote en el cementerio, un bulto de libros, relatos y apuntes necios. Bueno, además de un Blog, y algunas cuentas virtuales.